Una notable sorpresa se llevó durante la jornada del viernes el portero de la casa de la Compañía de Jesús en Roma, un joven jesuita que vivió una experiencia inusual.

Eran pasadas las 10:00 de la mañana cuando sonó el teléfono de la casa central jesuita, llamado al cual acudió un joven portero que, obviamente, no esperaba recibir tal mensaje.

“Buenos días, soy el Papa Francisco, quisiera hablar con el Padre General”, palabras que descolocaron al novato que, por un momento estuvo a punto de responderle “Y yo soy Napoleón”, según consigna la carta del Padre Claudio Barriga s.j., enviada por email a las comunidades jesuitas del mundo y citada en Aciprensa.

El portero se contuvo y finalmente respondió: ¿De parte de quién?, sólo para recibir un “No, de verdad, soy el Papa Francisco, ¿y usted cómo se llama?”, frase que dejó atónito al joven que con voz temblorosa continuó la conversación.

Tras esto indicó que su nombre era Andrés y admitió estar nervioso al darse cuenta de su error, pero el Papa lo tranquilizó y le pidió comunicarse con el Padre Superior de los Jesuitas, Adolfo Nicolás.

En ese intertanto se produjo otra conversación con el hermano Afonso, secretario privado del Padre Adolfo Nicolás, con quien bromeo en el camino a la oficina del Superior.

“¡Santo Padre, felicidades por su elección, aquí estamos todos contentos por su nombramiento, estamos rezando mucho por usted!’”, le dijo el religioso, ante lo que el Papa respondió en tono de broma “¿Rezando para que yo vaya para adelante o para atrás?”.

Finalmente el nuevo cabeza de la Iglesia Católica fue comunicado con el superior Jesuíta, a quien agradeció su carta de felicitaciones por el reciente nombramiento en el puesto antes ocupado por Benedicto XVI.