Una jornada lírica muy novedosa vivieron los cerca de un millar de espectadores que asistieron al Teatro Nescafé de las Artes a la moderna versión de la ópera en tres actos “Rigoletto” de Giuseppe Verdi, una de las más grandes composiones líricas de todos los tiempos, con libreto de Francesco María Piave, basado en la obra “El Rey se Divierte (“Le roi s´amuse”), del célebre escritor francés Víctor Hugo.
La ópera llegó en directo, vía satélite desde el Metropolitan Ópera House de Nueva York, por el sistema H.D.el pasado sábado 16, a cerca de de 1.900 salas de más de 60 países.
En la ocasión los asistentes pudieron apreciar una nueva y original puesta en escena por el galardonado director Michael Mayer (ganador del Tony en su debut en Met), quien transporta la historia de la Italia del siglo XVI a Las Vegas en 1960.
El reparto está encabezado por el barítono serbio Zeljko Lucic en el papel protagonista; la soprano lírica alemana Diana Damrau como su hija, Gilda; el tenor lírico polaco Piotr Beczala como el duque de Mantua; el bajo eslovaco , Štefan Kocan como el asesino Sparafucile y la mezzo soprano rusa Oksana Volkova en su debut en el Met como la hermana seductora del anterior, Maddalena.
Todos ellos se lucen con sus voces excepcionales a lo largo de toda la obra, especialmente eso sí, en temas como las arias “Caro Nome” (Gilda), “Cortigiani, vil razza dannata” (Rigoletto),”La donna e mobile” y “Questa o quella” (Duque de Mantua), aparte de famosos duos y tríos y para finalizar con el emblemático cuarteto “Bella Figlia del amore”, del acto final.
La ópera, estrenada en el Teatro “La Fenice” de Venecia el 11 de marzo de 1851, narra la historia del Duque de Mantua, un seductor de mujeres al tiempo que Rigoletto oficia como su bufón, a la vez que es cómplice y participa en todas sus historias. Rigoletto posee una hija secreta, Gilda, pero su accionar lo lleva inconscientemente al rapto de su propia hija y a la complicidad involuntaria de su posterior muerte. De esta forma se cumple la maldición que el conde de Monterone ha hecho caer sobre él.
Citemos, finalmente, la opinión sobre este renovado “Rigoletto”, de Peter Gelb, desde hace sieta años Director del Metropolitan Ópera House de Nueva York y uno los principales gestores de su modernización:
“Este Rigoletto es alucinante, porque la escenografía rescata una luminosidad muy propia de Las Vegas en esos años. No soy partidario de cambiar o actualizar las óperas. Tiene que haber una muy buena razón para hacerlo y en este caso el director de escena Michael Mayer -y yo comparto su visión- considera que la obra de Verdi presenta un nudo dramático que resulta muy concordante con el cambio espacio-temporal que decidió proponer. Los excesos de Las Vegas en el siglo XX no son muy distintos a los excesos del Duque de Mantua”.