Un fuerte olor a gas provocado por un escape en una empresa química, causó alarma en el noroeste de Francia, específicamente desde Normandía hasta París.

Esa nube “no tóxica” partió el lunes por la mañana en la empresa Lubrizol, situada unos 110 km al oeste de París, a raíz de una reacción química imprevista en una cuba de mercaptano.

Este gas, llamado también metanotiol, es un producto nauseabundo utilizado para “perfumar” el gas de uso doméstico inodoro, a fin de que sea posible detectar los escapes y evitar accidentes.

“Actualmente una nube de ese producto procedente de Normandía es perceptible en la región parisina”. La nube “se disipará naturalmente en función de las condiciones meteorológicas”, indicaron los bomberos de París.

En un comunicado publicado el martes por la mañana, el ministerio del Interior aseguró que mercaptano “no presenta riesgos para la salud”.

Pero el fuerte olor a gas percibido durante la noche en las calles de París causó una gran inquietud, y los servicios de socorro recibieron cientos de llamados tanto en Normandía como en la región parisina.

“Los análisis realizados revelaron un nivel de concentración muy bajo, pero que explica la molestia resentida por un gran número de personas”, declaró a la AFP el portavoz del ministerio, Pierre-Henry Brandet.

Habitantes de París alarmados llamaron a la AFP para quejarse del olor y de dolores de cabeza, mientras que un portal internet cientos de personas, residentes en París y en su periferia evocaron un “olor insoportable”, “dolores de cabeza” y “náuseas”.

La empresa Lubrizol, especializada en la fabricación de aditivos para lubricantes, combustibles y pinturas, indicó el martes por la mañana que tenía “grandes esperanzas” de que el incidente se solucionara en el día.

Oficialmente, el metanotiol es un producto clasificado como “tóxico por inhalación” y “peligroso para el medio ambiente”. Según el Instituto Nacional francés de Investigación y de Seguridad (INRS), se han señalado casos de intoxicación aguda entre los trabajadores expuestos directamente a las emanaciones. En baja concentración, las consecuencias eventuales son irritación de los ojos, de las mucosas respiratorias y de la piel, precisó el INRS.