La derecha de España se defendió este viernes de un nuevo escándalo de corrupción revelado por la prensa, que amenaza con agravar la crisis de credibilidad de una clase política ya muy atacada por la crisis económica.

La número dos del gobernante Partido Popular (PP) María Dolores de Cospedal, negó “categóricamente” que responsables de su formación hayan podido cobrar bajo su dirección cantidades no declaradas, procedentes especialmente de empresas privadas, tal y como afirma este viernes el diario de centro derecha El Mundo.

“No me consta de ninguna manera que eso se haya producido en mi etapa como secretaria general” ni “con anterioridad” a su llegada al puesto en 2008, cuando fue designada por el jefe del gobierno Mariano Rajoy, dijo.

Citando “cinco fuentes solventes de las sucesivas direcciones del partido”, El Mundo afirma que el ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, distribuyó durante veinte años sobres que contenían entre cinco y 15 mil euros a dirigentes del partido, como sobresueldos.

Rajoy, no cobró nunca esos complementos, instruyó a Cospedal para acabar con esta práctica en 2009″, añadió El Mundo, que califica este asunto de “bomba atómica” para el partido.

La publicación de esta información llega tras el anuncio el miércoles en la prensa, citando una investigación judicial, que el ex tesorero había tenido con otras personas hasta 2009, una cuenta en Suiza con 22 millones de euros.

“La contabilidad en el PP es clara, diáfana y está auditada por el Tribunal de Cuentas”, añadió María Dolores.

A pesar de sus explicaciones, la información ha causado numerosas reacciones en los medios y la indignación en las redes sociales.

“El señor Rajoy tiene que salir a dar explicaciones ya”, dijo el líder de la oposición socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Las informaciones sobre escándalos de corrupción, que afectan a prácticamente todos los partidos, se han multiplicado causando malestar en un país hundido en la crisis desde 2008 con un sujeto activo de cada cuatro desempleado.

Mes a mes, la desconfianza de los españoles hacia sus dirigentes y su malestar por la corrupción se confirma en el barómetro mensual que publica el Centro de Investigaciones Sociólogicas (CIS).