La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa), una agencia de la Unión Europea, rechazó definitivamente este miércoles las conclusiones de un polémico informe del profesor francés Gilles-Eric Séralini que afirma que el maíz transgénico NK 603 y el herbicida Roundup del grupo Monsanto son tóxicos.
“Las conclusiones del estudio (…) no se apoyan con datos”, dijo la Efsa en su evaluación final del artículo publicado el pasado 19 de septiembre en la revista “Food and Chemical Toxicology” y que relanzó la polémica sobre la presunta toxicidad de los transgénicos.
“Las importantes omisiones en la concepción y la metodología” del estudio “implican que las normas científicas aceptables no fueron respetadas y en consecuencia no está justificado volver a examinar las evaluaciones previas sobre la seguridad del maíz genéticamente modificado NK603″, dijo la Efsa en un comunicado.
La agencia europea explicó que sus conclusiones son el resultado de evaluaciones distintas e independientes llevadas a cabo por sus expertos y por seis países miembros de la UE, entre ellos Alemania, Francia e Italia.
El rechazo de la Efsa no es una sorpresa y en su primera evaluación los expertos de la agencia consideraron que el estudio tenía omisiones que impedían dar por buenas sus conclusiones.
Por su parte el organismo de investigación sobre los transgénicos del profesor Séralini (Criigen) criticó a la Efsa y denunció su “mala fe”.
La agencia europea enumera las omisiones que los expertos de los seis estados miembros identificaron en la metodología del estudio, entre ellas objetivos de estudio poco claros, un número poco elevado de ratas utilizadas en cada grupo de tratamiento, falta de detalles sobre la alimentación y el tratamiento de los animales o ausencia de datos estadísticos claves .
La publicación en septiembre del informe, ilustrado con fotografías de ratas con tumores grandes como pelotas de ping-pong y que asegura que las ratas alimentadas con maíz transgénico sufren cáncer y mueren antes, causó alarma social y relanzó la polémica sobre los transgénicos.
El estudio fue llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Caen (noroeste de Francia) que alimentó durante dos años a doscientas ratas de tres maneras distintas: únicamente con maíz transgénico NK603, con maíz transgénico NK603 tratado con Roundup (el herbicida más utilizado del mundo) y con maíz no modificado genéticamente tratado con Roundup.
Sin embargo la Efsa ya emitió dudas sobre el estudio en su primera evaluación a principios de octubre y pidió información suplementaria a su autor.
Pocas semanas después dos comisiones científicas francesas, el Alto Consejo de Biotecnología y la Agencia de Seguridad, también rechazaron el estudio criticando sus métodos “inadecuados”.
En Europa está permitido el cultivo de dos transgénicos, la patata Amflora del grupo alemán BASF, que por el momento es un fracaso comercial, y el maíz MON810 de Monsanto, que pidió renovar su autorización.
El rechazo del estudio de Séralini podría ahora abrir la vía para que la Comisión Europea autorice el cultivo en la UE de siete transgénicos (seis variedades de maíz —incluyendo el MON810— y un tipo de soja) y la comercialización de otros cincuenta productos destinados a la alimentación animal y humana.