El acceso universal a la contracepción, un “derecho humano” vedado a más de 200 millones de mujeres en el mundo, requeriría duplicar la inversión actual pero impulsaría el desarrollo, y evitaría millones de embarazos no deseados y abortos inseguros, estimó la ONU el miércoles.
“La planificación familiar no es un privilegio, es un derecho. No obstante, se deniega este derecho humano a demasiadas mujeres, y demasiados hombres”, declaró Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), durante la presentación del informe anual de la organización sobre el Estado de la Población Mundial en Londres.
La UNFPA estima que 222 millones de mujeres carecen actualmente de ese derecho en los países en desarrollo por razones que van de la falta de información al coste económico, pasando por los motivos culturales o religiosos o simplemente la escasez de anticonceptivos, especialmente preocupante en las regiones más pobres de África y del sur de Asia.
Y sin embargo, la capacidad de decidir cuántos hijos se tienen y cuándo se tienen beneficia tanto a las personas como a los gobiernos, dado que contribuye al desarrollo económico y social, subraya el estudio titulado “Sí a la opción, no al azar”.
“Por lo general, las mujeres que usan anticonceptivos gozan de mejor salud, están mejor educadas, tienen más poder en sus hogares y comunidades y son más productivas económicamente. La creciente participación de la mujer en la fuerza laboral estimula las economías de los países”, afirmó Osotimehin, quien fue ministro de Sanidad de Nigeria.
“La planificación familiar es uno de las inversiones más importantes que podemos hacer en sanidad”, agregó.
Para lograr ese acceso universal a la contracepción, la UNFPA señala que habría que duplicar la inversión en planificación familiar hasta los 8.100 dólares anuales (6.350 millones de euros), comparado con unos 4.000 millones de dólares en la actualidad.
La agencia de la ONU considera que los países en desarrollo podrían prevenir así muchos embarazos imprevistos y abortos efectuados en malas condiciones, ahorrándose de paso unos 5.700 millones en servicios de salud materna y neonatal.
Con un acceso más generalizado a los métodos anticonceptivos modernos se evitarían 54 millones de embarazos no deseados y 26 millones de abortos, agrega el informe.
La organización calcula que en 2012 habrá unos 80 millones de embarazos no deseados en el mundo, de los cuales 40 millones terminarán en aborto, en cerca de la mitad de los casos en malas condiciones.
El estudio señala que en la región que engloba América Latina y el Caribe, donde la tasa de aborto cayó de 37 por 1.000 mujeres en edad de procrear a 31 entre 1995 y 2008, debido a las restricciones legales vigentes en la mayoría de los países prácticamente todos los abortos practicados anualmente -unos 4,2 millones- son clandestinos.
“Las tasas de aborto y la proporción abortos realizados en malas condiciones en esta región son las más altas del mundo”, señala el informe.
Un mayor acceso a los anticonceptivos también reduciría la mortalidad maternoinfantil.
“Si no se subsana, esa carencia de planificación familiar perpetúa la pobreza y la desigualdad entre los géneros y puede suscitar presiones por exceso de población en países pobres que se esfuerzan, con muchas dificultades, por satisfacer las necesidades humanas básicas”, afirmó el director del UNFPA.