El ex Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Giorgio Jackson, criticó la administración de la Concertación durante sus 20 años de gobierno y reconoció los avances de la derecha en distintas materias.
Muy por el contrario, el Presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, criticó severamente la importancia que según él, se le ha dado al lucro en el Gobierno e hizo un llamado a los Socialistas a ser lectores del pensamiento del pueblo.
“No se trata de obtener el poder por el poder”, fue una de las aseveraciones que hizo Giorgio Jackson en el encuentro de Académicos y Profesionales Socialistas y Progresistas: “Pensar a Chile, el desafío de la democracia, del desarrollo y la igualdad en un nuevo ciclo político”.
El ex dirigente estudiantil recalcó que existe una crisis de legitimidad en los partidos políticos, manifestando su desacuerdo con el bajo nivel de avances que habría tenido cabida durante los 20 años del gobierno de la Concertación, y reconoció los avances logrados por la derecha.
“Mucho se dice, hay que volver a sacar a la derecha, una derecha que para qué voy a decir mis diferencias con el Gobierno, que son no sólo en el fondo sino en la forma, pero que ha conquistado logros que enarboló la misma Concertación”, sentenció.
Durante el certamen, el sociólogo y politólogo de la Universidad Católica, Manuel Antonio Garretón, también rescató la importancia de definir las ideas fuerza, y agregó que es fundamental reinsertar la relación de los partidos políticos con la sociedad.
Finalmente, el diputado y presidente del Partido Socialista Osvaldo Andrade -quien presidía la reunión-, hizo un llamado a los Socialistas a ser lectores del pensamiento del pueblo y criticó severamente la importancia que según él, se le ha dado al lucro en el gobierno.
Además, Osvaldo Andrade reconoció la lucha que se están ejerciendo los estudiantes al buscar una educación gratuita e igualitaria, y señaló que fue el movimiento estudiantil el que logró sacar de la inercia a los chilenos, contagiándolos de lo que él llamó: una “voluntad transformadora”.