El actor escocés Ewan McGregor revolucionó este jueves el Festival de San Sebastián, donde recibió el premio honorífico Donostia por su carrera y presentó su última película “Lo imposible”, sobre el tsunami que arrasó Tailandia en 2004.

“Es muy especial haber recibido toda esta ola de entusiasmo de cinéfilos españoles”, dijo McGregor tras recibir el premio, una reproducción de una de las farolas del paseo marítimo de La Concha, de manos del director del film, Juan Antonio Bayona.

El actor, que salió al escenario del centro Kursaal, sede principal del certamen con un traje informal y sin corbata, aseguró que con esa película “hemos intentado hacer algo difícil, con una gran responsabilidad hacia todas las personas que perdieron su vida en el tsunami y hacer que la historia llevara la película y no la película a la historia”.

Entre los aplausos del público, McGregor agradeció el apoyo de su mujer a lo largo de su carrera, antes de dar paso a Bayona para que presentara su film, en el que McGregor y la actriz Naomi Watts encarnan a una pareja con tres niños que se verán sorprendidos por un devastador tsunami durante sus vacaciones en Tailandia, quedando separados por la ola.

Las aventuras de la familia, con el padre y dos de los hijos buscando a la madre y el otro niño, guían la nueva película de Bayona, basada en la experiencia real de una familia española en el tsunami de diciembre de 2004, que causó cientos de miles de muertos en el sudeste asiático.

“La primera condición para esta historia es que fuera la excusa para contar la historia de los que se quedaron bajo el mar”, había relatado por la tarde María Belón, una de las protagonistas reales, con la que se puso en contacto el director para hacer la película.

“Es una forma de compartir una experiencia”, añadió Belón, arropada por el equipo, entre ellos McGregor, al que su condición de padre impulsó en gran parte a aceptar uno de los papeles protagonistas.

“He sido padre durante 16 años y nunca he tenido la oportunidad de explorar este elemento de mi vida en mi trabajo. Ha sido una exploración de saber lo que significa ser padre”, afirmó el actor de películas como “Big Fish” o “La isla”, elogiando el guión de una película que costó 30 millones de euros.

“No quería ser aleccionador. Es una experiencia más emocional que intelectual. Cuando llegó la ola no se pararon a pensar. Actuaron”, dijo Bayona, en referencia a la forma en que abordó la película, proyectada en la sección oficial fuera de concurso del Festival de San Sebastián.

“Tenía que ser una experiencia sensorial y emocional”, añadió el director español, asegurando que eligió a McGregor porque “quería a alguien cercano con quien empatizar y le asocio a un tipo de carrera arriesgada”, añadió.

El actor escocés, que le devolvió el elogio, insistió en ese sentido a preguntas de los periodistas en que no se considera un actor de Hollywood.

“No soy un actor de Hollywood. He hecho un par de películas que se podría decir que son hollywoodienses, porque así se llama al sistema de estudios de Hollywood, pero la mayoría de mi trabajo ha sido en el cine independiente”, dijo McGregor.

“Simplemente, sigo los guiones”, aseguró el actor, de 41 años, que ya estuvo en San Sebastián con “Trainspotting”, la película que lo hizo famoso, y con “Moulin Rouge”.

McGregor, un actor que ha interpretado papeles muy diversos en muy diferentes películas, ha sido el tercer galardonado con el premio Donostia en esta 60ª edición del Festival de San Sebastián, ya que antes lo recibieron Oliver Stone y John Travolta.

El viernes lo recibirá el actor estadounidense Tommy Lee Jones y el sábado, coincidiendo con la clausura, su compatriota Dustin Hoffman será el gran homenajeado.