El 2 de septiembre de 2011 alrededor de las 19 horas, se dio a conocer a nivel nacional la noticia de un accidente ocurrido en el archipiélago de Juan Fernández, donde el vuelo CASA 212 con 21 personas a bordo cayó al mar.

Minutos después, el alcalde de la comuna, Leopoldo González, confirmó que entre los ocupantes se encontraba el conocido animador Felipe Camiroaga, junto a otros miembros del equipo del programa de la señal pública Buenos Días a Todos.

Prontamente, los antecedentes indicaron que no había sobrevivientes de la tragedia. La fragata Almirante Lynch de la Armada fue la primera en zarpar hacia el lugar de los hechos, pese a que hace menos de una semana habían llegado de navegar.

Paralelamente, en el grupo 10 de la FACH estaban despegando aviones con efectivos para establecerse en el aeródromo y en el denominado “Punto Loreto” para buscar los cuerpos, con la esperanza de encontrar sobrevivientes. Después de varios días, en que se sumaron varias unidades de las distintas fuerzas armadas junto a pescadores de la zona, se logró dar con los restos de la máquina siniestrada.

Con esto esperaban dar más tranquilidad a los familiares de las víctimas. No obstante, el 8 de septiembre se dio a conocer otro hecho que volvió a enlutar al campamento de Juan Fernández. Un cabo de la Fuerza Aérea de Chile falleció trágicamente incluso ante la vista del Ministro de Defensa.

El pasado viernes 31 de agosto, a un año de la tragedia, los familiares de las víctimas junto a personeros de Gobierno zarparon en el buque Sargento Aldea otra vez hacia la isla, en una travesía que para algunos fue el cierre de un doloroso ciclo.

Desde el punto de vista técnico y humano, este accidente pasará a la historia. Tras una investigación, la FACH reconoció que nunca hubo protocolos especiales para volar hacia Juan Fernández, porque no se había reportado una situación de tan mal tiempo como en este caso.

Debido a la tragedia, ahora existen procedimientos establecidos para todos los viajes desde y hacia el archipiélago, esperando que ninguna otra familia tenga que pasar por el sufrimiento de los afectados.