El “reloj genético” que regula los ritmos internos diarios y estacionales del kril, son el objetivo de las nuevas investigaciones de los científicos antárticos, ello en busca de comprender qué es lo hace tan importante para estos crustáceos.

Según recogió Prensa Antártica los biólogos Dr. So Kawaguchi y Dr. Simon Jarman, de la División Antártica Australiana, forman parte de una colaboración internacional para la búsqueda de los genes que controlan las respuestas del kril al cambio en la duración del día y otras señales, como la cantidad de hielo y la temperatura de los océanos.

El estudio se basa en décadas de investigaciones sobre la mosca de la fruta, realizado por científicos de la Universidad de Padova en Italia.

“Hay cerca de una docena de genes claves en las moscas de la fruta que regulan sus biorritmos diarios y estacionales, y estamos tratando de identificar los genes equivalentes en el krill”, señaló Jarman.

“Insectos y crustáceos comparten sistemas similares pero también vamos a buscar otros genes que son específicos para el krill. Es probable que un organismo como el kril, que ha evolucionado en el cambiante ambiente antártico, tenga genes extras que también contribuyan a regular sus biorritmos”.

Se espera que la investigación en curso, provea indicios sobre cómo el kril se adapta a un ambiente cambiante.

“Cuando el invierno termina y hay crecimiento de algas en primavera, si el krill no se está desarrollando al ritmo correcto, puede morir de hambre, o perderse oportunidades de alimentación, debido a que otros organismos se comieron las algas antes que ellos”, explica el Dr. Simon Jarman.

Esto podría suceder, si se produce una desconexión entre la cambiante duración del día (desde completa oscuridad en invierno a días totalmente provistos de luz solar), y las condiciones del hielo oceánico que pueden ser afectadas por un calentamiento del océano y patrones variables de vientos.