Siempre trata de hacerse notar. Su físico, imponente; su indumentaria, llamativa…Todo ello lo agrega al tenis agresivo, ganador, campeón, el que ha paseado por 14 años por todas las canchas del mundo y que todavía le permite mostrarse como la máxima candidata del certamen en el que se presente más allá de su lugar en el cuadro.

En la cancha, cuando está decidida, es la máxima protagonista. Fuera de ella, también. Cuando no juega, vive la vida intensamente. Transita por los mejores escenarios de la vida nocturna de California o de Miami. Declara lo que quiere y como quiere. Y, tal como lo mencionara más de una vez, se muestra orgullosa de pertenecer a la raza negra. Y en esa expresión va toda una declaración de principios ya que, junto a su hermana, consideran que por su condición en más de una ocasión se ha tratado de discriminarlas. Con hechos o con palabras…

Es Serena. Serena Williams. Alguna vez hemos dicho de ella y de su hermana Venus que “cuando juegan prendidas en el torneo en el que participan, todas las demás van por el segundo puesto…”.

Pasó sin pena ni gloria por Roland Garrós, el último certamen grande antes de este Wimbledon que la encuentra, una vez más, en la final. Quizás junto al Us Open, el torneo que más le gusta, que mejor le cae. Jugará su séptima final sobre el “verde césped” de la catedral tenística, ganó en 4 ocasiones y ha perdido en dos oportunidades, ambas frente a su hermana Venus.

Serena llegó al sábado más ansiado tras doblegar en la semifinal a Victoria Azarenka por 63 y 76 con 24 aces como carta de presentación. Es decir, es como si hubiera ganado un set por 6-0 sin perder punto alguno. Como muestra cabe señalar que el último punto le obtuvo precisamente con un servicio a la “T” es decir al sector del medio que divide los rectángulos derecho e izquierdo sobre los que caen los saques…Una maravilla técnica enviada sobre los 200 kilómetros por hora…

Serena es la más campeona de todas, aún en el 6to lugar de la clasificación para el certamen, aún con María Sharapova arrancando Wimbledon como la número 1 del mundo (puesto que ya ha perdido tras su temprana eliminación) aparecía como la candidata máxima para llevarse el trofeo dorado.

Frente a ella estará por primera vez en su carrera en una final de un torneo grande la polaca Agniezka Radwanska, ex campeona junior en Wimbledon en el año 2005, tercera favorita del abierto de Inglaterra. Radwanska dejó en el camino a una de las sensaciones del certamen la alemana Angeli que Kerber, a quien venció por 63 y 64. Sabe que está ante la gran oportunidad de su vida.

Sabe, como muchas jugadores, que en muchas ocasiones el tren pasa una sola vez…Y sabe que frente a ella se posará la norteamericana irreverente, dueña de esa cancha, potente, agresiva, que es ganadora por naturaleza. Y a la que no le gusta que la contradigan. Ni en la vida, ni en una cancha de te nis. Será el sábado, en Wimbledon.