La Fiscalía noruega pidió este jueves el internamiento psiquiátrico de Anders Behring Breivik, al considerar que era psicótico y por tanto penalmente irresponsable cuando mató a 77 personas el año pasado en Noruega.

Si los jueces llegan a una conclusión diferente sobre la salud mental del acusado, éste debería ser condenado a una pena de cárcel de 21 años, susceptible de ser prolongada indefinidamente el tiempo que sea considerado peligroso, añadió el fiscal Svein Holden.

“Pedimos que se le obligue a seguir un tratamiento psiquiátrico” en un centro cerrado, declaró Holden al término de un alegato de casi tres horas.

“Si el tribunal concluye que Breivik es responsable, la fiscalía estima que se cumplen las condiciones para la retención de seguridad”, añadió. En ese caso, “no cabe duda de que Breivik debe recibir la pena más severa, 21 años” de prisión.

Más allá de ese período inicial de 21 años, la pena de cárcel permite mantener indefinidamente entre rejas a un prisionero, mientras sea considerado como peligroso.

Tras escuchar el pedido de la fiscalía, Breivik se levantó e hizo su saludo de extrema derecha, golpeándose el pecho con el puño cerrado y tendiendo el brazo derecho, en un aparente gesto de desafío a la acusación.

La salud mental de Breivik es uno de los elementos claves del juicio por la muerte de 77 personas el 22 de julio de 2011, cuando hizo estallar una bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo y luego disparó contra los jóvenes que participaban en un campamento en la isla de Utoya.