El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció este viernes que suspenderá una ley que amplía de seis a ocho horas la jornada laboral de los médicos del servicio de salud pública, pero los profesionales mantendrán la huelga hasta que el gobierno anule la medida.

Hasta que se realice una cumbre en julio que debata el nuevo horario y trate sobre la problemática de la salud “se suspende la aplicación correspondiente del Decreto Supremo 1126″, dijo Morales en una declaración de prensa realizada en el presidencial Palacio Quemado.

“Esa cumbre no sólo será para debatir (la vigencia) de ocho horas de trabajo (de los médicos y personal paramédico), sino que esta cumbre nacional sea para cambiar totalmente la salud en Bolivia”, planteó el mandatario, en medio de un creciente clima de protestas sociales de solidaridad con los médicos.

La Central Obrera Boliviana (COB), el mayor sindicato del país, llamó este jueves a una huelga de 72 horas para la siguiente semana en demanda de mejores salarios, pero también en apoyo a los médicos que hace 35 días están en huelga y mantienen sin atención a hospitales y policlínicas.

El anuncio de Morales fue acogido con escepticismo por los médicos. El presidente del Colegio Médico de La Paz, Luis Larrea, dijo a periodistas que “la huelga continuará hasta la abrogación del decreto, porque no entendemos el significado del término suspensión del decreto”.

Larrea anunció en cambio la aceptación de su sector para asistir a la primera “Cumbre Nacional por la Revolución de Salud Pública”, a la que convocó el mandatario para fines de julio.

Poco después de que Morales fijara su posición, decenas de médicos, funcionarios de la salud y estudiantes continuaban enfrentándose esporádicamente en las puertas del Ministerio de Salud, en el centro de La Paz.