El gobierno español aprobó este viernes su proyecto de presupuesto para 2012, que prevé un recorte de “más de 27.000 millones de euros”, sobre todo mediante la congelación del salario de los funcionarios y una baja de los presupuestos de los ministerios de 16,9% como promedio.

“Estamos ante una situación límite”, reconoció la portavoz del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría al término del Consejo de Ministros, y “nuestra primera obligación es volver a encontrar unas cuentas públicas saneadas”. España se ha comprometido a reducir de aquí a fines de 2012 su déficit público de 8,51% a 5,3% del PIB.

Este objetivo será alcanzado “pero no a cualquier precio”, advirtió, recalcando la necesidad de “apoyar a aquellos que más lo necesitan y a no paralizar el crecimiento y la creación de empleo”, en un país con una tasa récord de desempleo (22,85%).

Es por ello que “se ha tomado la decisión de mantener la actualización de las pensiones, conservar el sueldo de los funcionarios pero no rebajarlos, mantener las prestaciones por desempleo y mantener el gasto social como las becas”, explicó.

También dijo que no se va a subir el impuesto sobre el valor añadido “para no perjudicar el consumo y la recuperación económica” pero sí el impuesto de sociedades a las grandes empresas.