Benedicto XVI llegó el domingo a la localidad mexicana de Silao para oficiar una misa campal ante más de 300.000 fieles, tras sobrevolar en helicóptero un gigantesco Cristo emplazado en el cerro del Cubilete, en el centro geógráfico del país, en el último día de actividades antes de partir a Cuba.

El helicóptero que trasladaba al Papa sobrevoló la gigantesca imagen de Cristo Rey, de 20 metros y 80 toneladas, que fue destruida durante la Guerra Cristera (1926-1929) entre el gobierno y católicos insurrectos, guerra que marcó un drástico quiebre en las relaciones entre el Estado y la Iglesia en México.

Luego descendió en el parque Bicentenario donde la multitud, compuesta mayoritariamente por jóvenes, lo saludaba y vitoreaba al paso del papamóvil que lo llevó desde el helipuerto hasta el altar, cantando “Benedicto hermano, ya eres mexicano”.

Miles de personas pasaron la noche en un campamento instalado en el parque del Bicentenario (de la independencia), en la ciudad de Silao a unos 40 km de León, para la ceremonia que se anticipa será tan masiva como los otros actos cumplidos en México por el Papa, próximo a cumplir 85 años.

El lunes el Papa partirá a Cuba para una visita de dos días.