Los presidentes de Centroamérica analizan este sábado en Guatemala nuevas formas de combatir al narcotráfico, incluida la despenalización de la droga, ante el fracaso de la guerra frontal que impulsa Estados Unidos y que cuesta miles de muertos a la región.

A iniciativa del presidente guatemalteco, Otto Pérez, los mandatarios de la región debaten por primera vez sobre despenalización, en una cumbre de un día en la colonial ciudad de Antigua, 45 km al suroeste de la capital.

“La reunión es un primer paso sólido en el que (gobernantes) estarían discutiendo sobre despenalización y sobre encontrar otras alternativas para la lucha contra el narcotráfico”, manifestó Pérez en víspera del encuentro.

Pero ante el rechazo declarado de Washington y la mayoría de gobiernos de Centroamérica, el propio Pérez descartó que la cita llegue a consenso sobre la despenalización de la droga, aunque dijo esperar avances hacia una estrategia alterna para combatir el narcotráfico.

Pérez, un general retirado experto en lucha contrainsurgente acusado por sus adversarios de violaciones a los derechos humanos durante la guerra que sufrió Guatemala (1960-1996), sorprendió hablando de despenalización, poco después de asumir el poder hace dos meses con la promesa de “mano dura” contra el crimen organizado.

Pero nunca detalló qué implicará una despenalización del tráfico, consumo, comercio, o qué tipo de drogas abarcaría. Apoyado por expertos internacionales, Pérez explicará a las 18H30 GMT su iniciativa y luego sostendrá reuniones privadas con sus colegas.

Pérez alega que una despenalización de la droga frenaría la descomunal violencia atribuida al narcotráfico y a las pandillas aliadas de los poderosos cárteles.

Sus homólogos centroamericanos coinciden en que más de 30 años de guerra abierta al narcortáfico no han dado resultados, pero descartan o dudan que la vía sea la despenalización.

La violencia llegó a niveles sin precedentes en Centroamérica, convertida en la zona sin conflicto bélico más violenta del mundo, con unos 20.000 asesinatos en 2011, el 90% concentrados en Honduras, Guatemala y El Salvador.

“La propuesta de Pérez es un llamado de atención de que esto no puede seguir así y hay que sentarse a hablar. Estamos pidiendo una politica más definida, recursos necesarios y que el país consumidor haga más y no poner solo nosotros los muertos”, dijo el analista Carlos Zúñiga.

Centroamérica exige a Estados Unidos que asuma su responsabilidad por ser el principal consumidor de drogas del planeta y por el tráfico de armas que terminan en poder del crimen organizado que opera en la región.

Los gobiernos del área exigen a la comunidad internacional que desembolse 2.000 millones de dólares prometidos para una estrategia de seguridad regional, lanzada en una cumbre realizada en Guatemala en junio de 2011, a que la asistió la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, afirmó que urgen 320 millones de dólares para los primeros ocho de 22 proyectos de esa estrategia regional se seguridad.

La cumbre se celebra en momentos en que el papa Benedicto XVI visita México. Sin poder desmarcarse del principal problema que afecta a la región, la máxima autoridad de la Iglesia católica llamó a “desenmascarar las falsas promesas y las mentiras” de los traficantes de drogas.

México, donde la violencia relacionada con el narcotráfico y su combate ha dejado 50.000 muertos en los últimos cinco años, y la empobrecida Centroamérica son el puente por donde pasa el 90% de la cocaína consumida en Estados Unidos.

En medio de este debate en la región, el encargado antidrogas del Departamento de Estado de Estados Unidos William Brownfield viajará de domingo a martes a Honduras y Guatemala, para revisar las medidas de combate al crimen organizado y al narcotráfico.

A la reunión están invitados expertos como el ex presidente colombiano César Gaviria, férreo crítico de la política antidrogas de Estados Unidos y quien está a favor de la la descriminalización del consumo.

A la cita asistirán los mandatarios Daniel Ortega (Nicaragua), Porfirio Lobo (Honduras), Mauricio Funes (El Salvador), Laura Chinchilla (Costa Rica) y Ricardo Martinelli (Panamá), además del anfitrión.

Centroamérica espera llevar una sola voz sobre su crisis de seguridad a la Cumbre de las Américas, el 14 y 15 de abril en Cartagena, Colombia, y pidió que la despenalización se incluya en la agenda.