La Comisión Europea advirtió el lunes contra las iniciativas de protección comercial y modificación del tratado de libre circulación de personas planteadas en un mitin multitudinario por el presidente francés Nicolas Sarkozy, que busca su reelección.

Comprometido en una difícil campaña con miras a su reelección frente al favorito socialista de las encuestas, el jefe de Estado francés abrió el domingo dos frentes europeos: el control de la inmigración clandestina y la protección de las industrias del continente.

Para eso amenazó con sacar a Francia del espacio sin fronteras Schengen si no se estipula la posibilidad de sancionar, e incluso excluir a un país que no cumpla.

Exigió que las empresas europeas sean privilegiadas, como en Estados Unidos, en los contratos públicos realizados en el continente.

La ofensiva del candidato Sarkozy sorprendió inicialmente a muchos funcionarios europeos en Bruselas pues esos temas ya están siendo abordados en la UE, a menos de manera parcial.

Sobre Schengen en particular, “lo que pide es una paráfrasis de lo que ya se está discutiendo desde otoño pasado”, indicó a la AFP uno de los diplomáticos especialista del tema.

Fue Francia la que pidió tal readecuación cuando estalló la Primavera árabe de 2011, tras la llegada a su territorio de miles de tunecinos que pasaron por Italia.

Incluye la posibilidad para los gobiernos de restablecer controles en las fronteras si un país no puede enfrentar un flujo masivo e incontrolado de inmigrantes clandestinos. Se trata de hecho de una exclusión temporal de un Estado que falle en ese sentido.

Grecia, que experimenta las peores dificultades con las olas de migrantes provenientes de Turquía, está claramente en la mira.

Según una fuente europea, Sarkozy quiso influir en las negociaciones, que no han sido terminadas, para que terminen pronto y en el sentido deseado por Francia, o sea con un papel tan reducido como posible para la Comisión europea en el nuevo procedimiento.

Una reunión sobre Schengen se llevó a cabo el jueves en Bruselas, en la que el ministro francés del Interior Claude Guéant no participó.

La Comisión subraya también la dificultad que tendría Francia de salirse del espacio sin pasaporte o poder sacar a un país de esta zona, pues esas cláusulas no existen en la actualidad.

“Schengen hace parte del tratado” de la Unión Europea y “entonces una modificación requiere un cambio de ese tratado” que debe ser ratificado por todas las partes, advirtió la comisaria europea encargada de asuntos de inmigración, Cecilia Malmström.

Respecto a la demanda del presidente candidato de privilegiar a las empresas europeas en los contratos públicos, el comisario francés encargado del mercado interior, Michel Barnier, abogó a favor de una solución “no proteccionista”.

Sus servicios y los del comisario de Comercio Karel De Gucht ya trabajan en una proposición tendente a garantizar una mejor reciprocidad con otros países, como China, en el acceso a los mercados públicos. Con la posibilidad de que haya restricciones en Europa para los que no jueguen el juego.

Pero ese texto, esperado para fines de marzo, no prevé una preferencia sistemática para las empresas de la UE.

“Los mercados públicos representan de 15 a 20% del PIB europeo, y si se limitaran las licitaciones y se optara por ofertas más caras” que las chinas por ejemplo, eso “tendría un costo importante”, advirtió una fuente cercana al expediente.