La oposición a Vladimir Putin manifestó nuevamente el sábado en Moscú para protestar contra la victoria del primer ministro ruso en la elección presidencial del 4 de marzo y organizar las próximas actividades del movimiento contestatario.

Este mitin comenzó en la avenida Nuevo Arbat, en pleno centro de la capital. La alcaldía autorizó 50.000 personas y más de 2.500 policías fueron movilizados para el acontecimiento.

Alredededor de las 09:00 horas locales (alrededor 02:00 am en Chile), periodistas de la AFP constataron que había varios miles de opositores, una participación en fuerte baja con respecto a las decenas de miles de personas que desfilaron en Moscú entre diciembre y febrero.

La policía indicó en un comunicado que había contado 3.000 manifestantes. Según el Frente de Izquierda, un movimiento de oposición citado por la agencia Interfax, eran unos 10.000.

La consigna de esta manifestación es denunciar fraudes en la elección presidencial ganada con 63,6% de los votos por Vladimir Putin, y la táctica a adoptar para continuar este movimiento opositor, según los organizadores.

La oposición a Putin — una coalición de movimientos políticos, sociales y asociativos– ha logrado congregar en varias oportunidades a decenas de miles de personas desde el comienzo del movimiento de contestación luego de los controvertidos comicios legislativos del 4 de diciembre pasado, ganados por el partido Rusia Unida de Putin.

El 5 de marzo, un día después de la presidencial, la oposición a Putin reunió a cerca de 20.000 personas, según los organizadores (14.000 de acuerdo con la policía).

“Nosotros debemos preservar los vínculos que hemos establecido durante las elecciones y mostrar a las autoridades que todavía estamos aquí”, escribió un internauta en la página Facebook dedicada a esta manifestación.

“Es una cuestión de supervivencia”, según él.

“Hay que establecer un programa para el futuro y dejar de criticar el pasado”, escribió en su cuenta Twitter Ksenia Sobchak, una periodista estrella de la televisión rusa, que tiene intenciones de hablar durante la manifestación.

“Por primera vez en los últimos meses, dudo en ir a la próxima manifestación”, había escrito en su blog Oleg Orlov, director de Memorial, la organización no gubernamental rusa de defensa de los derechos humanos.

Después de cuatro grandes manifestaciones que congregaron a decenas de miles de personas, este movimiento heterogéneo debe hacer frente al desafío del futuro, en un contexto de divisiones internas.

Según el analista Andrei Kolesnikov, adversario del actual poder político, “los cambios no serán rápidos. Nosotros debemos llevar a cabo un trabajo importante, sobre todo para crear nuevos partidos políticos, aunque las elecciones hayan sido fraudulentas”, escribió en el diario opositor Novaia Gazeta.

En San Petersburgo, las autoridades locales no autorizaron la organización de una manifestación el sábado en la avenida Nevski, en pleno centro de la ex capital imperial.

“Se dice que el poder debe escuchar la voz del pueblo. La oposición también debe escuchar esta voz”, declaró Putin, quien será investido en el Kremlin a principios de mayo, después de haber sido jefe del Estado en dos oportunidades, de 2000 a 2008.

El ex agente del KGB (servicio de inteligencia soviético) dejó luego su puesto a Dimitri Medvedev y asumió el cargo de primer ministro, pues la Constitución le prohibía un tercer mandato consecutivo como presidente.