El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, pidió el lunes disculpas a Brasil por sus fuertes declaraciones sobre los atrasos en la organización del Mundial de 2014, que llevaron al gobierno a tildarlo de “boquirroto” y pedir su reemplazo como interlocutor.

En una carta al ministro de Deportes, Aldo Rebelo, Valcke atribuyó a una “mala interpretación” la polémica desatada por sus declaraciones del viernes, cuando dijo que Brasil necesitaba “darse una patada en el culo” para avanzar en la organización del torneo.

Me “gustaría pedir disculpas al señor y también a cualquier persona que se haya sentido ofendida con mis palabras”, señaló Valcke, y agregó que sólo quiso decir que Brasil necesitaba “acelerar el ritmo”, según la misiva divulgada por el ministerio de Deportes.

Sus declaraciones desataron la ira del gobierno brasileño, que lo tildó de “sirvengüenza y boquirroto”. Este lunes, Rebelo envió, además, una carta a la FIFA solicitando el cambio de Valcke como interlocutor entre las partes.

Las tensiones surgieron en vísperas de que una comitiva de la FIFA, sin Valcke, llegue a Brasil para supervisar las obras en seis de las 12 ciudades sede del Mundial-2014.

A partir del martes, unos 40 especialistas de la FIFA y el Comité Organizador Local (COL) inspeccionarán durante una semana las obras en los estadios de Sao Paulo, Porto Alegre, Curitiba, Cuiabá, Manaos y Natal.

En su misiva, Valcke reconoció que en la FIFA “hay un aire de preocupación” por los preparativos de la Copa del Mundo, pero confió en que cualquier problema “puede ser superado con los esfuerzos” de ese organismo, el COL y las autoridades locales.

Me “gustaría reiterar, como hice en muchas ocasiones, que Brasil es y siempre será la única opción para ser sede de la Copa”, enfatizó.

Antes de estallar la polémica, la FIFA había criticado varias veces los retrasos en las obras de movilidad y en los estadios, y en la expedición de una ley que regule el torneo.

La entidad presiona para que se apruebe cuanto antes la norma tras meses de discusiones en torno a sus aspectos más polémicos, como la venta de bebidas alcohólicas en los estadios o entradas a mitad de precio a estudiantes y mayores de 60 años.

El grupo de la FIFA que visitará Brasil observará la planificación operacional de los estadios, incluido “el tráfico, la seguridad, las orientaciones del público”, señaló el gerente de operaciones en estadios del COL, Tiago Paes, en un comunicado.

En septiembre pasado, la comitiva de la FIFA visitó estadios de otras seis ciudades, probables sedes de la Copa Confederaciones de 2013, que servirá de test para el Mundial un año después.

En otro aparte de las declaraciones que molestaron a Brasil, Valcke sostuvo el viernes que el país parece más preocupado por ganar el Mundial que por organizarlo.

Uno de los principales asesores de la presidenta Dilma Rousseff, Marco Aurelio García, tildó a Valcke de “sinvergüenza” y “boquirroto”. Valcke “ya está excluido” como interlocutor, afirmó García en la ciudad alemana de Hanover, donde Rousseff cumple una visita oficial.

Pese a todo, Valcke mantiene en firme para el 12 de marzo su viaje a Brasil para evaluar el avance de las obras para la Copa Confederaciones, que tiene al momento cuatro sedes confirmadas: Rio de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte y Fortaleza. El gobierno quiere incluir también a Recife y Salvador, pero esto dependerá del estado de las obras.

Y aunque el ministro de Deportes destacó que la mayoría de las obras de los estadios respetan los cronogramas previstos, es posible que la comitiva de la FIFA se encuentre con los trabajos paralizados en el estadio de Porto Alegre.

Las reformas del estadio Beira Rio fueron están detenidas desde al menos hace ocho meses por problemas de contrato con la constructora, que debía reunirse este lunes con la alcaldía y el banco Banrisul para aprobar el préstamo que garantice los trabajos y la entrega del estadio en diciembre.

Para José Roberto Bernasconi, presidente de Sindicato de Arquitectura e Ingeniería de Sao Paulo (Sinaenco), Brasil realizará un buen Mundial que no generará un necesario legado de infraestructura, especialmente debido a los atrasados trabajos de remodelación de los abarrotados aeropuertos y la ampliación de las redes de transporte urbano.

“Brasil comienza ahora a preparar sus aeropuertos (…) Pero demorará unos 10 años para tener una red aeroportuaria en buenas condiciones”, declaró a la AFP, al destacar también que “pocas ciudades están realmente trabajando en las obras” de transporte.

Brasil supo que recibía el Mundial el 30 octubre de 2007 y “comenzamos a hacer las cosas en serio en 2011″, sentenció.