América Latina se prepara para enfrentar el próximo año la desaceleración de su economía, con un crecimiento revisado a la baja de 3,7% por los coletazos de la crisis en Europa y Estados Unidos, aunque todavía se mantiene como un puerto seguro frente a las turbulencias externas.

“La menor expansión de la economía mundial y la elevada incertidumbre, además de la volatilidad en los mercados financieros internacionales, tendrán repercusiones en América Latina y el Caribe”, que en 2010 creció 5,9%, en 2011 un 4,3% y en 2012 sólo crecería un 3,7%, indicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la semana pasada.

Pero pese a la “volatilidad global en los mercados financieros”, la región tendrá en 2012 “un nivel de crecimiento respetable”, señaló Charles Kramer, director de la división de estudios para la región del Fondo Monetario Internacional (FMI), en una entrevista con la AFP.

Al igual que la CEPAL, el FMI ha revisado varias veces a la baja en lo que va del año sus previsiones económicas para América Latina, y en su último informe, divulgado en setiembre, estimó que la región crecerá 4,5% en 2011 y 4% en 2012, contra un 6,1% en 2010.

Kramer cree que el Fondo revisará nuevamente a la baja la estimación de crecimiento para 2012 en sus próximas proyecciones, en enero.

De todos modos, analistas coinciden en que América Latina se mantiene bien parada ante la crisis en los países ricos.

“La región es muy flexible, y en algunos puntos incluso diría más fuerte que en la etapa pre-Lehman”, el banco estadounidense que quebró en 2008 y marcó el inicio de una crisis financiera internacional, dijo Luis Cubeddu, subdirector de la división de estudios para Latinoamérica del FMI, al destacar los altos niveles de reservas internacionales, demanda interna, crédito, ventas, así como las bajas deudas públicas a corto plazo en la región.

“Esta mejor situación de la región frente a su pasado ahora está insertada en un mundo que se ha complicado. Entonces la mayor parte de los riesgos no vienen de dentro, sino que vienen de las amenazas que la economía mundial enfrenta”, señaló a la AFP Augusto de la Torre, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.

Christine Lagarde, directora gerente del FMI, indicó recientemente que el desafío para la región es “mantener el crecimiento en un ambiente de alta volatilidad”.

El FMI estima que los países latinoamericanos con estrecha relación con Estados Unidos y con Europa tendrán una desaceleración económica más fuerte, con una disminución del comercio, remesas y flujo del turismo.

A su vez, la recesión en los dos principales polos económicos mundiales amenaza con desacelerar las economías emergentes de Asia, grandes compradores de materias primas latinoamericanas, arrastrando a la baja su precio.

“Los economistas tienen dudas de si China podría mantener el ritmo de crecimiento alto, y en ese caso (si la situación en China empeora) podría observarse una caída fuerte de los precios de las commodities. Y eso sí tendría una repercusión muy grande sobre América Latina”, estimó De la Torre.

La región -Brasil con su minería y productos agrícolas, Chile con su cobre, Colombia con su petróleo y café, Perú con su minería, y Argentina y Uruguay con su agricultura- debe gran parte de su bonanza al buen precio de las materias primas. Y el banco Goldman Sachs prevé que los precios de las materias primas resistan en 2012.

Para De la Torre, estaba previsto de todos modos que América Latina disminuyera su ritmo de crecimiento tras haber alcanzado un punto de estabilidad en su ciclo económico.

“Los países emergentes se recuperaron rápidamente y vigorosamente” de la crisis de 2008, “y por tanto para 2011 muchos países emergentes empezaron a toparse con las restricciones típicas de haber alcanzado la actividad potencial”, señaló el economista del BM.

Algunos bancos centrales comenzaron a subir sus tasas de interés a partir de 2010 “para reducir el ritmo de crecimiento de la demanda para que sea más compatible con la capacidad” de producción, precisó el economista.

Entonces, “ya era obvio que en el 2012 y en la última parte de 2011 las economías latinoamericanas iban a tener un ritmo de crecimiento más moderado; incluso si la situación global se hubiese mantenido estable y amigable”, consideró.

Las perspectivas a mediano plazo para la región son relativamente buenas. Goldman Sachs espera un alza del PIB de 3,2% para 2012 (contra 3,7% de la CEPAL y 4% del FMI) y de 4,6% en 2013.

“Creo que la región continúa siendo muy atractiva en términos de inversión extranjera directa”, comentó Cubeddu. Latinoamérica “será más fuerte que en el pasado, y la incertidumbre global permite anticiparse” a nuevos golpes de la crisis, agregó.

Para Citibank Brasil, la región es vulnerable al contagio pero “tiene espacio para aplicar un estímulo fiscal y monetario que ayude a aliviar el dolor”.

Brasil, la mayor economía de la región y la sexta del mundo, ha seguido ese camino en los últimos meses, con el progresivo recorte de su tasa de interés de 12,5% a 11% en los últimos tres meses y paquetes de estímulos fiscales e impositivos para estimular el crecimiento.

El gobierno brasileño espera un crecimiento en torno a 3% este año y de entre 4% y 5% en 2012.

Según la CEPAL, los países con mayor alza del PIB este año fueron Panamá (10,5%), Argentina, (9%), Ecuador (8%) Perú (7%) y Chile (6,3%), mientras que los que menos crecieron fueron El Salvador (1,4%), Cuba (2,5%) y Brasil (2,9%).