Los campeones de África y Asia, el Esperance tunecino y el Al Sadd catarí, se enfrentan el domingo en un duelo de ‘outsiders’ que parece igualado y que decidirá qué equipo se medirá en la semifinal del jueves 15 con el gran favorito, el Barcelona español.

Los dos equipos tendrán muy presente el ejemplo de 2010, cuando el Tout Puissant Mazembe de la República Democrática del Congo, con el que nadie contaba antes de la competición, alcanzó una histórica final, tras eliminar al Pachuca mexicano y el Inter de Porto Alegre brasileño.

Fue la primera vez que un equipo no europeo o sudamericano llegaba al último partido y eso ha dado alas a los participantes de otros continentes, que saben que no es imposible lograr una hazaña.

Tanto Esperance como Al Sadd llegan sin grandes estrellas, pero con la ilusión por las nubes, tras proclamarse en noviembre campeones de sus respectivos continentes.

El uruguayo Jorge Fossati, ex portero y entrenador experimentado, está al mando del Al Sadd y cuenta con un plantel muy heterogéneo, en el que la presencia latinoamericana se limita al brasileño Leandro, que entró a última hora en la lista de 23 hombres, por la lesión de Asadalla Ali.

También figuran en el equipo nombres conocidos por su paso por el fútbol europeo, como el senegalés Mamadou Niang o el argelino Nadir Belhadj.

El Al Sadd llegó con menos tiempo a Japón con respecto al Esperance, que lleva ya dos semanas en el país, donde ha estado concentrado para aclimatarse mejor a los horarios y circunstancias del torneo.

“Nuestros jugadores han superado muchas situaciones difíciles como esa en la Liga de Campeones de Asia y al final ganamos la final en Corea del Sur. Nos hemos estado preparando, pero es verdad que el partido será difícil para nosotros”, señaló Fossati.

Frente a ellos estará el Esperance, el club más laureado del fútbol tunecino, con 24 títulos ligueros, que debuta también en el Mundial de Clubes.

El equipo cuenta con cuatro jugadores no tunecinos, entre ellos hombres importantes, como el camerunés Banana Yaya o el ghanés Harrisson Afful.

Su entrenador, Naalil Maloul, afirmó el jueves que uno de los aspectos más complicados ha sido tratar de mentalizar a los jugadores de la importancia del primer partido ante el Al Sadd, porque es inevitable que todos sueñen con ese eventual duelo de las semifinales contra el Barcelona.

“Son jugadores jóvenes y ha sido difícil transmitirles que el primer partido es el más importante, porque si no ganamos ahí no jugaremos contra el Barcelona”, explicó.

El partido tendrá lugar en el estadio de Toyota y abrirá una jornada que se completará con el otro duelo de ‘cuartos’, entre el Monterrey mexicano y el Kashiwa Reysol japonés.