La incautación de armas hechizas aumentó en los últimos años en la Región del Bío-Bío y su uso se vincula preferentemente con delitos como el narcotráfico. La PDI organizó un seminario sobre el tema, que contó con un experto internacional.

En el año 2006, las armas no convencionales o hechizas representaban el 5% del total incautadas en la Región del Bío-Bío.

En los últimos dos años, ese porcentaje aumentó a un 22% y se espera que, ya en unidades, las armas hechizas, especialmente escopetas, bordeen las 300 en la región.

Para analizar esta realidad y el impacto que causa en la sociedad, la PDI organizó un seminario en Concepción, donde se entregaron las cifras, según indicó el subcomisario Carlos Navarrete, de la sección balística de la policía civil.

¿Quiénes fabrican armas propias?, generalmente delincuentes vinculados al narcotráfico, para custodiar su territorio y evitar quitadas de droga. El problema en sí, genera otro, comentó el coronel en retiro Carlos Ojeda, de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos.

Otro de los expositores fue Robert Clowers, de la agencia ATF, la unidad encargada del control de armas de fuego en Estados Unidos. Vive en Colombia y asume que Chile tiene una situación controlada comparada con otros países, como donde reside, en que no sólo se fabrican, sino que se importan.

Asimismo, los expertos coincidieron en que es peligroso que los civiles compren armas para defenderse de los delincuentes en las casas, porque poseen poca experiencia para encararlos y si no salen heridos, las pistolas, revólveres, escopetas y rifles terminan en manos de los hampones.