La Comisión de Ética Parlamentaria del Congreso unicameral de Perú acordó este martes, por unanimidad, sugerir la suspensión por 120 días del segundo vicepresidente peruano, Omar Chehade, de sus funciones de congresista, por estar envuelto en un escándalo de tráfico de influencias.

La recomendación aumenta la presión sobre Chehade para que renuncie, pero antes de ser aplicada, deberá ser debatida y votada en una sesión plenaria del Congreso, que se reúne este jueves y la semana entrante.

La suspensión como congresista significa que Chehade, quien alega inocencia, no recibirá salario y no podrá asistir durante 120 días al Congreso, controlado por el oficialismo.

El caso Chehade ha sido una piedra en el zapato para el gobierno de izquierda de Ollanta Humala, quien impulsa una lucha contra la corrupción y que se ha visto mermado en su popularidad por el escándalo.

La comisión de Ética, encabezada por el conservador Humberto Lay, un pastor evangelista, concluyó que el vicepresidente y congresista habría incurrido en una presunta infracción respecto al código de Ética parlamentaria y al reglamento del Congreso.

La suspensión de 120 días es la sanción más drástica que puede imponer el parlamento a sus miembros. La propuesta de acuerdo planteó, inicialmente, una suspensión de 100 días.

El vicepresidente Chehade, abogado de 41 años, ya había planteado el martes pasado una licencia a su cargo cuando anunció ese día que “no ejercerá sus funciones” mientras duren las investigaciones de la Fiscalía y de tres comisiones del Congreso.

Chehade es investigado en la Fiscalía y en el Congreso por presuntamente expresar interés -ante unos altos oficiales de la policía a los que había invitado a una cena- en desalojar a los trabajadores de una cooperativa azucarera de las tierras que ocupan desde hace tres años para entregarlas al poderoso grupo empresarial Wong.

El caso de esa cooperativa azucarera está en manos de la Justicia, que debe decidir el destino de las tierras.

El presidente Ollanta Humala había sugerido a su vicepresidente “dar un paso al costado” durante una entrevista televisiva que concedió el seis de noviembre.

Ese pedido fue interpretado como una solicitud de renuncia, pero Humala señaló el domingo pasado que tras el pedido de licencia de Chehade, el caso está cerrado.

Chehade “no pertenece al Ejecutivo, por lo tanto nosotros no tenemos ninguna relación con él en estos momentos”, dijo Humala el domingo al diario El Comercio.