La Selección vive en Mendoza la cuenta regresiva para su debut en la Copa América y llega al juego del lunes señalada por propios y extraños como uno de los candidatos a pelear puestos de importancia en el torneo.

Por Hans Hott

Hay cosas que llevan a creer: Lo hecho en la ruta al Mundial de Sudáfrica y en la Copa del Mundo bajo la conducción de Marcelo Bielsa; el momento de los jugadores -Alexis Sánchez en la mira de Barcelona o Arturo Vidal como opción para Arsenal-; y lo mostrado en cancha frente a Estonia -que si bien no es justa medida, pero fue EL momento en que jugaron los titulares-, alientan al hincha a pensar que este es el campeonato para hacer algo importante a nivel continental.

El escenario del debut se asoma interesante para el equipo nacional, ya que al frente estará un once de México desestabilizado por los escándalos disciplinarios en Quito y con elementos que buscan ensamblarse en el esquema de Luis Fernando Tena, pero con el deseo de mostrarse y justificar la nominación ante un cuadro que tiene una conformación definida -más allá del cambio de esquema- y continua en el tiempo.

Por eso, casi 10 mil compatriotas han cruzado la cordillera para alentar a la Selección, ansiando que el esfuerzo sea recompensado con una victoria y con el título al final del certamen, al igual que  millones de fanáticos a lo largo del país, los cuales han esperado estos partidos y buscan una suerte de revancha por los gritos truncos el año pasado durante el Campeonato del Mundo y quienes son el barómetro de las sensaciones respecto a la oncena de Claudio Borghi.

En el plantel toman como algo natural que exista este nivel de exitismo por parte de la fanaticada, símbolo de la madurez del cuadro nacional, pero también buscando equilibrar las emociones, algo que puede ser fundamental para encarar la competición y el jugar mucho en tan poco tiempo. Algo que no tuvo Argentina en el comienzo de la Copa ante Bolivia y que le puede penar al final del camino de la primera ronda.

Resta poco para que el “Equipo de Todos” salga a la cancha e ponga en marcha la ilusión de muchos, pero mirarla con prudencia. Material hay, fútbol también. Falta que en el terreno de juego los nacionales sepan concretar todo lo bueno que han hecho en la etapa previa.