El ex presidente hondureño Manuel Zelaya volverá este sábado a su país, donde recibirá una bienvenida multitudinaria, en busca de disputarle el poder a los grupos dirigentes que lo derrocaron en un golpe de Estado el 29 de junio de 2009.
Zelaya llegará desde Managua a Tegucigalpa luego de 16 meses de exilio en República Dominicana, 23 meses después de haber sido depuesto en un golpe que puso en jaque la integración centroamericana y causó la marginación de Honduras de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Como animal político, haré una lucha política pacífica y democrática”, declaró Zelaya en Santo Domingo el viernes, antes de partir hacia Managua, desde donde volverá a Tegucigalpa este sábado hacia el mediodía (18H00 GMT).
Zelaya llegará junto a su esposa y otros familiares, cargando un gran capital político con el que pretende recuperar el poder, en un país pobre que se apresta a regresar a la OEA el próximo miércoles, paso clave para que pueda recibir nuevamente créditos y ayuda del exterior.
Miles de seguidores de toda Honduras le darán la bienvenida a ‘Mel’ en un acto en la plaza Isis Obed Murillo, cerca del aeropuerto de Toncontín, que lleva el nombre de un manifestante zelayista de 18 años muerto en ese lugar por las fuerzas de seguridad una semana después del golpe.
Zelaya, de 58 años, llegará en avión junto al presidente nicaragüense Daniel Ortega y el canciller venezolano Nicolás Maduro, según la prensa local.
El presidente derechista hondureño Porfirio Lobo, con quien Zelaya firmó un acuerdo de reconciliación en Colombia el domingo pasado, lo recibirá este mismo sábado en la Casa de Gobierno, junto al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y la canciller colombiana, María Angela Holguín.
“Él (Zelaya) va a venir a acá al palacio a hablar con el presidente, nosotros estaremos aquí cuando él venga”, dijo Insulza el viernes.
Colombia y Venezuela son garantes del acuerdo firmado por Lobo y Zelaya.
El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que aglutina a zelayistas, organizó una bienvenida popular para este liberal que dio un giro a la izquierda tras llegar al poder en 2006 y que fue derrocado en un golpe ejecutado por el Ejército con el aval del Congreso y de la Corte Suprema.
Zelaya regresará con planes de convertir al FNRP en un partido político para competir en las elecciones de 2013, pero su desafío inicial será mantener unidos a sus aliados, que van desde antiguos liberales a sindicalistas de izquierda.
Si quiere ser candidato, Zelaya debe lograr una reforma constitucional, pues los ex presidentes no pueden postularse. El tema de la reforma fue incluido en el acuerdo firmado con Lobo, aunque no resultará fácil instrumentarlo, pues es necesario convocar a un plebiscito, cuyo procedimiento es complejo.
Si fracasa la reforma, el FNRP pretende levantar como candidata presidencial a la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, quien “se ha ganado ese derecho en las calles desde el golpe”, dijo el subcoordinador del FNRP, Juan Barahona, a la AFP.
Lobo gestionó su regreso, para lo cual convenció a la justicia de que cerrara los juicios contra Zelaya, porque su retorno era esencial para que Honduras sea readmitida en la OEA.
Durante su gobierno Zelaya adoptó un discurso socialista y vinculó a Honduras al ALBA del presidente venezolano Hugo Chávez, lo que despertó los recelos de la clase dirigente y condujo a su caída. A estos grupos ahora intentará ganarles la partida.
Zelaya fue derrocado el día en que haría una consulta nacional para avalar un referéndum dirigido a cambiar la Constitución. Sus enemigos dijeron que quería permitir la reelección y la consulta fue declarada inconstitucional por el Congreso y la Corte Suprema, que contaron con el apoyo del Ejército para detenerlo y expulsarlo a Costa Rica.
Hizo dos intentos fallidos de regresar a Honduras, hasta que volvió subrepticiamente y se refugió el 21 de septiembre de 2009 en la embajada brasileña. Allí permaneció hasta que se exilió el 27 de enero de 2010, día en que culminó su mandato constitucional y asumió Lobo.