La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) entró en ebullición por una disputa entre su influyente presidente, Julio Grondona, y el titular de River Plate, Daniel Passarella, quien reclamó la renuncia al cargo en el balompié local al también vicepresidente de la FIFA.

La discusión entre Passarella y Grondona, ambos de fuerte temperamento, se produjo cuando el ex capitán de la selección campeona en el Mundial Argentina-78 cuestionó duramente el arbitraje de Patricio Lousteau en el superclásico que su equipo cayó 2-0 el domingo, en medio de un escándalo desatado por la denuncia de un ex juez de fútbol que ventiló supuestos partidos arreglados.

“Es un chico de carácter fuerte, siempre tiene problemitas, es muy sanguíneo, pero ya se va a curar”, dijo con ironía Grondona el miércoles sobre el fuerte altercado que mantuvo la noche del martes con Passarella.

Durante una reunión de la directiva de la AFA, Passarella expresó en forma airada su malestar por el arbitraje de Lousteau y, tras algunas discusiones, pidió la dimisión de Grondona, una demanda a la que pocos se animan.

El veterano dirigente, quien está al frente de la AFA desde 1979, añadió que “a algunos no le salen las cosas y se desesperan” y pidió que el ídolo de River en los años 70 y 80 “se serene”.

“Sí, le pedí la renuncia (a Grondona). Tengo que defender al hincha de River que el domingo, como yo, se sintió robado. El domingo no nos dieron como cinco penales”, dijo a su vez ‘El Kaiser’ Passarella a la prensa, sobre el cuestionado arbitraje de Lousteau.

En la reunión del Comité Ejecutivo, Passarella la emprendió contra los arbitrajes en general y también discutió con sus colegas que salieron en defensa de Grondona, quien maneja la AFA con puño de hierro.

“No sé que hago yo acá, que jugué 30 años al fútbol, hablando con ustedes, que no entienden nada. Ahora entiendo lo de la AFA rica, clubes pobres”, les dijo Passarella a sus homólogos.

River es uno de los clubes más populares de Argentina, con una cosecha de una treintena de títulos en el fútbol local, pero se encuentra en una delicada situación con riesgo de descender de categoría, en un hecho casi sin precedentes en su rica historia.

La discusión entre ambos dirigentes se registró el mismo día en que el ex árbitro Javier Ruiz denunció hechos de corrupción en el fútbol argentino que involucran presuntos sobornos a los árbitros para arreglar partidos.

“Hay cuatro o cinco árbitros corruptos. Los cuatro o cinco que arreglaron campeonatos durante años y ahora se preocupan por limpiarse”, afirmó Ruiz, quien apuntó también contra dirigentes de clubes y empresarios vinculados al negocio futbolístico.

Al margen de la denuncia de Ruiz, los arbitrajes son blanco de durísimas críticas durante el Clausura-2011 del fútbol argentino que lidera Vélez Sarsfield.