El mayor de la policía colombiana, Javier Solórzano, recién liberado por la guerrilla FARC tras casi cuatro años de secuestro, creó un muñeco de tela al que convirtió en su amigo imaginario para soportar los castigos impuestos por los rebeldes, reveló este viernes.

“Al estar solo y después de mi (frustrado intento de) fuga, ellos me sometieron a una serie de castigos, como cadenas en el cuello, en los pies y esposado de las manos, pero el más difícil: nadie le hablaba a uno, y eso fue lo más duro porque sicológicamente me estaba afectando”, señaló el ex rehén.

“Se me ocurrió hacer un muñeco con un uniforme viejo, que rellené de espuma”, narró Solórzano a la radio Caracol. “Al principio ni yo lo creía pero insistí y ya jugábamos, hablábamos, orábamos, escuchábamos radio y lo abrazaba cuando me llegaban mensajes”, añadió.

El ex rehén, liberado el miércoles pasado junto al cabo del Ejército Salín Sanmiguel, contó que decidió llamar Rodolfito al muñeco, igual que un amigo imaginario de su hija. “Era un muñeco niño, con cara triste y uniforme de policía. Tenía una cadena en su pie izquierdo”, dijo.

Según el oficial, los rebeldes fueron renuentes a que tuviese el muñeco, “pero aceptaron porque se dieron cuenta que con esto no les estaba causando problema”. Sin embargo, con el anuncio de su liberación, los guerrilleros lo obligaron a deshacerse de él.

“Entonces al momento de destruirlo le dije: Rodolfo, te transformas en otra cosa, pasa tu espíritu a la cruz que tengo colgada y como es un personaje imaginario, nuevamente está conmigo”, dijo.

Solórzano y Sanmiguel forman parte de un grupo de seis rehenes que las FARC liberaron entre el 9 y 16 de febrero.

Tras estas liberaciones, las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal guerrilla del país con unos 8.000 combatientes, mantiene cautivos al menos a 16 policías y militares a los que considera “canjeables” por sus guerrilleros presos, y a cerca de un centenar de civiles secuestrados por motivos económicos.