Corea del Norte estimó este jueves que no era necesario seguir dialogando con el Sur, al día siguiente de la suspensión brutal de las conversaciones a nivel militar iniciadas con su vecina, tras meses de vivas tensiones.

“Como ha resultado claro que los traidores no quieren una mejora de las relaciones entre el Norte y el Sur y quieren evitar el diálogo, nuestro Ejército y nuestro pueblo ya no sienten necesidad de seguir hablando con ellos”, según un comunicado publicado por la agencia oficial de Pyongyang. Como traidores señalan, entre otros, a los ministerios surcoreanos de Defensa y de la Unificación.

Unas conversaciones entre altos mandos militares sur y norcoreanos concluyeron abruptamente el miércoles sin acuerdo.

Este fracaso es una “oportunidad perdida” por Corea del Norte para demostrar la sinceridad de la mejora de sus relaciones con Seúl, reaccionó el miércoles el Departamento estadounidense de Estado.

La reunión era la primera entre responsables de ambos países desde el bombardeo por parte de Pyongyang de una isla surcoreana el 23 de noviembre, que se saldó con cuatro muertos.

La delegación del Norte abandonó la mesa de discusiones después de negarse a pedir perdón por dos incidentes graves ocurridos en 2010: el bombardeo de noviembre y el torpedeo de una corbeta surcoreana en marzo (46 muertos), atribuido por una investigación internacional a Pyongyang, que lo desmiente.

Corea del Norte estima que estas conversaciones no deberían concentrarse en estos incidentes, sino evocar, de manera más general, la forma de evitar actos provocadores por ambas partes.

Esta cita, que empezó el martes, debía fijar fecha, lugar y agenda de una reunión al más alto nivel, en principio de los dos ministros de Defensa.

A pesar de las declaraciones de Pyongyang, los analistas estiman que las conversaciones se podrían reanudar. “El Norte carece de sinceridad y el Sur necesita mostrarse más flexible”, declaró Yang Moo-Jin, de la Universidad de Seúl de Estudios Norcoreanos. Las dos Coreas, según él, “van a regresar sin duda a la mesa de negociaciones porque tienen la obligación de dialogar. También China y Estados Unidos lo desean”.

Ahora bien, Pyongyang no aceptará nunca asumir la responsabilidad del torpedeo de la corbeta surcoreana de marzo pasado, advierte Kim Yeon-Chul, de la Universidad Inje, en Gimhae.