Luiz Inacio Lula da Silva vivió su último día en el poder de la misma manera como inició su gobierno: en una intensa actividad que acabará el sábado con la entrega del mando a su sucesora Dilma Rousseff, tras lo cual saldrá a pie de la Presidencia y volverá a la ciudad obrera que lo consagró como líder sindical.
Un ambiente de intensa expectativa inundó el Palacio do Planalto (sede de la Presidencia) el viernes final del año y de mandato, a la espera de la última decisión del presidente, que fue fiel a la tradición brasileña de asilo y negó la extradición del ex activista italiano de ultraizquierda Cesare Battisti. Con ello, Lula cerró su gobierno y dejó una crisis abierta con Italia.
Completaron su agenda, con fotos y discursos a los trabajadores del gobierno, dos simbólicas visitas para un acervo de ocho años de mandato: la del vicepresidente cubano José Ramón Machado y el presidente palestino Mahmud Abas.
Su última reunión será breve, en la tarde del viernes, con su sucesora en la Granja do Torto, residencia de campo de los presidentes.
Ex sindicalista de izquierda que durante décadas trabajó en las fábricas de la industrial área metropolitana de Sao Paulo como tornero mecánico, Lula inició su gobierno el 1 de enero de 2003 proclamando como una de sus prioridades la integración suramericana y las relaciones de Brasil con los países del Sur. Fidel Castro estuvo entre su audiencia ese día.
Lula también intentó una mediación por la paz en Medio Oriente, que se tradujo en el reciente reconocimiento oficial al Estado Palestino por parte de Brasil.
Con una histórica popularidad de 87%, Lula concluyó hoy en una reunión familiar de fin de año dos intensísimas semanas de viajes, despedidas y balances de un gobierno que termina con crecimiento económico de más de 7%, el menor desempleo histórico, de 5,7%, y 29 millones de brasileños que dejaron de ser pobres.
“Si yo hubiese fallado -como presidente de Brasil- el fallo hubiese sido de la clase trabajadora, los pobres”, dijo Lula en lágrimas el martes ante una multitud en su natal estado de Pernambuco, en cuyo paupérrimo interior nació hace 65 años, en una familia de ocho hermanos abandonada por el padre.
Como manda la tradición, Lula entregará la banda presidencial en una ceremonia el 1 de enero a su heredera política y luego bajará a pie la rampa de acceso al palacio presidencial y volverá a su ciudad obrera, Sao Bernardo do Campo (área metropolitana de Sao paulo), donde militantes de su Partido de los Trabajadores (PT), sindicalistas y vecinos lo recibirán frente a su casa.
“Es muy simbólico que el día que deja la Presidencia, Lula haya decidido regresar a vivir a su apartamento de siempre en Sao Bernardo, porque aquí es donde se consagró como líder sindical, donde dirigió las grandes huelgas que contribuyeron al fin de la dictadura en los 70′, y donde fundó la mayor central sindical del país y su Partido” de los Trabajadores, dijo a la AFP Wanderlety Salatiel, presidente del PT en Sao Bernardo.
“Lo esperamos con una fiesta y lo vamos a cargar en brazos el sábado cuando llegue”, añadió.
Antes de poner el pie en Sao Bernardo, donde desde hace muchos años tiene su apartamento, Lula visitará en un hospital de Sao Paulo a José Alencar, el multimillonario empresario que embarcó con Lula en 2002 en la aventura presidencial, quien a pesar de sufrir un avanzado cáncer ha sido su fiel vicepresidente en los ocho años de gobierno.
Un balance positivo del líder, el primer obrero que llegó a la Presidencia, hacían el viernes los principales editoriales de prensa del país.
“Lula sale con un sello de justicia social en un país cruelmente desigual”, expresó la comentarista del diario Folha Eliane Cantanhede. “Fuera del poder, el desafío del hombre Lula será sustentar el mito Lula”, completó.
Sobre su futuro, Lula, que se declara “un político nato” que no podrá dejar de serlo, apenas ha divulgado que tomará unas vacaciones para descansar. Ha indicado que pretende promover el desarrollo en África y América Latina y que estará a disposición de Rousseff, quien fue mano derecha de su gobierno y ahora es su sucesora.