El gobierno estadounidense tenía muchas dudas de que en 2009 se haya abortado un complot para asesinar al presidente boliviano, Evo Morales, y sospecha que el gobierno hizo un montaje para deshacerse de opositores en la rica región de Santa Cruz, según cables filtrados por WikiLeaks.
El ministro de Gobierno (Interior), Sacha Llorenti, rechazó la versión, a la que calificó de “chismografía”, y señaló que esa célula de mercenarios abatida en abril pasado “no solamente era terrorista sino separatista”.
A raíz de la versión de WikiLeaks, Llorenti manifestó que la Cancillería boliviana citará al encargado de Negocios de los Estados Unidos en La Paz para pedirle explicaciones al respecto.
Los cables, de mediados de mayo 2009 tomados este jueves por la prensa local, se refieren a un operativo policial el 16 de abril de 2009 en un hotel de Santa Cruz (900 km el este de La Paz) que terminó con la muerte de tres ciudadanos europeos y la detención de dos más, que el gobierno presentó como mercenarios que querían asesinar a Morales.
Ese grupo estaba dirigido por el boliviano-húngaro Eduardo Rozsa, que fue uno de los abatidos.
Según lo comunicado por la embajada estadounidense al Departamento de Estado, el operativo dejó enormes dudas y en cambio sirvió para que el gobierno boliviano pudiera perseguir a líderes cívicos y políticos de Santa Cruz, acérrimos enemigos de Morales.
“En reuniones en La Paz, un contacto cercano a líderes de Santa Cruz dijo a un funcionario estadounidense que el vicepresidente (Alvaro) García Linera y el ministro (Juan Ramón) Quintana planearon la secuencia de eventos en los últimos meses, incluyendo el reclutamiento del grupo de Rozsa”, señala el cable de la sede de Estados Unidos.
Según el informe este plan quería “tumbar a Branko (Marinkovic -líder cívico), Rubén Costas (gobernador de Santa Cruz) y otros”.
La investigación de la muerte de los tres europeos avanza en Bolivia en medio de dudas.
Las indagaciones de la fiscalía -respaldadas por el gobierno y puestas en duda por la oposición-, intentan descubrir los nexos políticos y militares de Rózsa Flores.
Junto a Rózsa Flores murieron sus compañeros Michael Dwyer (irlandés) y Arpad Magyarosi (rumano-húngaro), y fueron capturados Elod Toasó (húngaro) y Mario Francisco Tadic (boliviano-croata), actualmente detenidos en una cárcel de La Paz.
A raíz de estas acusaciones muchos líderes de derecha huyeron del país, entre ellos el empresario Marinkovic.
Para la ONG Human Rights Watch, “las circunstancias del tiroteo de abril no han sido clarificadas. La policía sostiene que hubo un tiroteo durante los cuales dispararon en defensa propia”.