“Aquí ya robaron, nada hay de valor”. Así de elocuente es el letrero colocado en la puerta de acceso a una oficina ubicada en pleno centro de Los Ángeles, que fue víctima de ciertos sujetos en los últimos días.
Esta oficina estuvo completamente a expensas de individuos, al igual que otra media docena de recintos y locales comerciales, en que los responsables buscaban el dinero como botín principal.
Lo anterior ratifica los reclamos de los propietarios y arrendatarios quienes han expuesto, en todos los tonos y formas posibles, que la ola de delincuencia ha aumentado de manera considerable a la zona central de la ciudad.
Estas personas aprovechan la noche y la poca presencia policial para cometer sus fechorías, sin que hasta la fecha se conozca la detención de posibles responsables.
Algunos de los locales afectados fueron las oficinas de la Socorros Mutuos, la tienda El Martillo, la Joyería Vidal, el Club de la Unión, una sede universitaria, entre otros.
El caso de la panadería Selecta es uno de los más dramáticos ya que sólo en diciembre fue robado en dos ocasiones y aunque hace unos días volvieron a intentarlo, esta vez los resultados no fueron favorables.
Sin embargo, los demás recintos ubicados en el mismo edificio fueron víctima de los delincuentes que entraron por la parte posterior, aprovechando que el terreno contiguo está desocupado luego que la vivienda debiera demolerse por el terremoto.
Los comerciantes están muy preocupados por el impacto que causa esta ola de delitos en su actividad y exigen mayor celo de las fuerzas policiales para evitar la seguidilla de robos en el sector céntrico de Los Ángeles.