El Inter de Milán y su entrenador Rafa Benítez evitaron el desastre y conquistaron el Mundial de Clubes, que supone el quinto título oficial del campeón italiano y europeo en un 2010 inolvidable, tras ganar este sábado al Tout Puissant Mazembe congoleño (3-0) en Abu Dabi.
Sin margen para una sorpresa de los africanos, que habían hecho ya historia al ser el primer equipo de su continente en llegar al último partido, el Inter se adelantó pronto gracias al macedonio Goran Pandev (13) y el camerunés Samuel Eto’o (17), y completó al final gracias al francés Jonathan Biabiany (85).
El Mundial de Clubes se une así en el historial del equipo italiano a las dos Copas Intercontinentales (1964, 1965), el tradicional torneo que medía hasta 2004 a los monarcas de Europa y Sudamérica y que otorgaba la consideración honorífica de ser el mejor equipo del planeta.
El éxito del Inter supone además el cuarto Mundial de Clubes consecutivo que viaja hasta Europa, con lo que el ‘Viejo Continente’ supera ya en el palmarés (4-3) a Sudamérica, que había ganado los tres primeros y que en esta edición estuvo fuera de la final por primera vez.
Teniendo en cuenta el torneo en sus dos formatos históricos, Mundial y Copa Intercontinental, el pulso entre europeos y sudamericanos se equilibra ahora a 25 títulos para cada uno.
La victoria del Inter, que el miércoles había goleado al Seongnam Ilhwa surcoreano en semifinales (3-0), se suma a la cosecha de títulos de este año (Serie A, Copa de Italia, Liga de Campeones, Supercopa de Italia) y, sobre todo, permite calmar los ánimos tras los últimos malos resultados del equipo.
Tras unos minutos de tanteo y un tímido disparo lejano de Miala Nkulukuta (10) para el Mazembe, el Inter asestó sus dos zarpazos seguidos, dejando muy herido al equipo congoleño.
En el 13, Pandev, bien asistido por Eto’o, controló en el área y cruzó a la izquierda, lejos del alcance del arquero Muteba Kidiaba, héroe del Tout Puissant Mazembe en la victoria de semifinales sobre el Inter de Porto Alegre brasileño (2-0).
En el segundo tanto, en el 17, la combinación ofensiva se produjo al revés: fue Pandev quien, tras recibir del capitán argentino Javier Zanetti, cedió a Eto’o, que se libró de su marcador y conectó un duro disparo para lograr el segundo y la tranquilidad para los italianos.
Y pudieron llegar más. Con un Mazembe agazapado atrás, siguiendo la estrategia de sus partidos anteriores, el Inter encontró grandes facilidades para llegar por las bandas y llevar peligro a la meta africana.
El argentino Diego Milito, que permitió al Inter disputar este Mundial gracias a su ‘doblete’ en la final de la Liga de Campeones en mayo, rozó el tanto en dos ocasiones, primero con un mano a mano en el que envió el balón alto (23) y luego con otra gran ocasión que desbarató Kiritcho Kasusula (42).
En la segunda mitad, la intensidad ofensiva del Inter bajó en revoluciones y los europeos se preocuparon principalmente de no asumir riesgos, conscientes de que un tanto de los congoleños desataría el nerviosismo y daría alas al rival.
El brasileño Maicon lo intentó con poca decisión en el 60 y Eto’o empezaba a tener más problemas para pasar balones entre la defensa africana, más ordenada que en la primera mitad.
Benítez sustituyó entonces al argentino Diego Milito por el francés Jonathan Biabiany, coincidiendo con los peores momentos de los suyos, pero el arquero Julio César evitó el tanto del Mazembe cuando Dioko Kaluyituka (74) intentaba un regate en el área y parecía tener el tanto en sus botas.
La posibilidad de remontada se evaporó definitivamente en el 85, cuando Biabiany, con el 88 a la espalda, recibió un pase de oro del serbio Dejan Stankovic, que permitió al francés dominar, evitar a Kidiaba y firmar un tanto que sellaba el éxito interista en el Mundial.