La Policía continuaba rastrillando este lunes el Complexo do Alemao, un conjunto de favelas al norte de Rio de Janeiro, cuyo control arrebató a traficantes de drogas el domingo, ante pobladores con sentimientos dispares sobre el operativo, constató un periodista de la AFP.

Luego de una invasión armada del Complexo con apoyo militar que no tuvo resistencia de los delincuentes el domingo, las autoridades seguían buscando a traficantes que pudieran estar escondidos en alguna de las 15 favelas del ‘Alemao’, toda vez que se estimaba en 500 la cifra y solo 40 fueron detenidos

Según las autoridades, los malhechores podrían haberse fugado antes de la operación policial por una red cloacal.

“Varios traficantes fueron arrestados cuando trataban de huir vestidos como religiosos o con uniformes de empleados municipales. Es posible que algunos lo hayan conseguido, antes de la operación (del domingo) para ingresar a la (cercana) favela de Juramentinho”, dijo a la prensa en el lugar el comandante del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), la fuerza de choque de la Policía Militar, Paulo Henrique Moraes.

Según Moraes, existe además una gran red de galerías subterráneas que pudo facilitar la fuga. “Son redes de enormes galerías, donde una persona puede fácilmente ponerse de pie, y por eso estamos investigando”, dijo.

Según el jefe policial, como esas obras fueron realizadas por diferentes empresas y fueron interrumpidas numerosas veces, no hay un ingeniero que conozca su dimensión exacta. Mientras tanto, las confiscaciones siguen en el Complexo do Alemao.

En una de las favelas del lugar, llamada Da Grota, la policía exhibe sobre el capó de un auto el material encontrado en la mañana: cinco fusiles, uno de ellos estropeado, dos granadas, cargadores, calculadoras, chalecos de guerra y un cuaderno de contabilidad de venta de drogas.

Una portavoz de la secretaría de Seguridad Pública del Estado de Rio de Janeiro, el equivalente al ministerio del Interior del distrito, señaló en la noche del domingo a la AFP que sólo la marihuana encontrada en depósitos clandestinos en el ‘Alemao’ totaliza 40 toneladas, el volumen más alto de esa droga jamás confiscada en Brasil.

El comisario de la Policía Civil Fernando Veluzzo dijo a la AFP que la colaboración de los habitantes del lugar está siendo de gran ayuda para el trabajo policial.

“Con seguridad la gente estaba cansada de tanta violencia y es esa información precisa de los pobladores la que nos está permitiendo llegar a lugares tan escondidos” en la favela, en los que hay armas y drogas, señaló. Sin embargo, al interior de la favela el escepticismo de los habitantes es evidente.

La policía y el gobierno del estado aseguran que esta vez llegaron para quedarse y que el Complexo do Alemao fue definitivamente recuperado.

Lo que pretende es facilitar la ocupación de la Policía del Complexo do Alemao en las próximas semanas, “hasta la llegada de las UPP”, las Unidades de Policía Pacificadora que ya marcan la presencia de la autoridad en algunas favelas de Rio. Eso podría ocurrir el año próximo en el Alemao, según el funcionario.

El Ministerio de Defensa debería en ese caso oficializar la permanencia de las tropas en el lugar tras el operativo que contó con el apoyo personal del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

La policía buscaba arrebatar el control que la organización delictiva Comando Vermelho (Comando Rojo) mantenía desde hacía más de dos décadas sobre el Alemao, uno de los dos bastiones del narcotráfico en Rio de Janeiro junto con la Rocinha, la favela más grande de la ciudad.

En el Alemao y sus zonas aledañas viven decenas de miles de personas. Las cifras de censos oficiales establecen en 90.000 el número de habitantes en el grupo de favelas, de hecho unidas a Vila Cruzeiro y Jacarezinho, que tendrían 20.000 y 30.000 habitantes respectivamente según esa fuente. Sin embargo, la Policía cifró en hasta 400.000 los habitantes del área.

La invasión del ‘Alemao’ fue el punto culminante de una ofensiva desatada en la última semana tras una ola de ataques a puestos policiales e incendios de vehículos a manos de narcotraficantes, con un saldo de 35 muertos.