Los equipos de rescate estudian enviar un robot militar teledirigido a la mina neozelandesa donde 29 mineros llevan tres días desaparecidos, y este lunes siguen haciendo una perforación que permita medir los niveles de gases tóxicos en el túnel.

Los especialistas solicitaron al ejército un robot equipado con una cámara y control remoto, especialmente concebido para evitar cualquier chispa que pueda inflamar los gases tóxicos acumulados en la mina, según indicó el comandante de la policía local.

La máquina se pondrá en marcha “en cuanto tengamos capacidad para hacerlo y sea posible sin peligro”, añadió el responsable.

Les socorristas seguían haciendo un agujero de 15 cm de diámetro en la mina de carbón de Pike River. Quedaban por perforar 62 metros a lo largo del túnel, tarea que debía concluir a última hora del lunes.

Los hombres desaparecidos están atrapados probablemente en un túnel a solo 150 metros de la superficie y a 2,5 km de la boca de la mina.

Hasta el momento no se ha producido ningún contacto con los mineros desde la explosión ocurrida la tarde del viernes en la mina de carbón de Pike River, situada en una región minera aislada.

Los socorristas todavía no han podido entrar en la mina por la fuerte concentración de gas tóxico presente en las muestras extraídas.

El primer ministro, John Key, declaró este lunes que con toda probabilidad los mineros están vivos.