La OTAN no mencionará públicamente a Irán como una amenaza nuclear en la cumbre del viernes y el sábado en Lisboa, para ganarse el apoyo de Turquía -cuidadosa con mantener una buena relación con su vecino- a su idea de crear un sistema de defensa antimisiles en Europa.

La Alianza Atlántica prevé aprobar en su cumbre la creación de un sistema antimisiles que protegerá el territorio y la población civil europea contra un eventual ataque de misiles, al estimar que la amenaza es “clara”, según el secretario general de la organización, Anders Fogh Rasmussen.

Pero Turquía, integrante de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se ha negado a justificar la necesidad de ese escudo antimisiles en la citación expresa de la amenaza que representa el programa nuclear iraní para muchos de sus socios de la organización, indicaron fuentes oficiales.

Algunos aliados “querían que se nombraran países, regiones, con el fin de ser más claros”, dijeron fuentes diplomáticas estadounidenses. Pero “otros no se sentían cómodos citando a sus vecinos”, agregaron, en alusión a Turquía e Irán.

Ankara se opone a la mano dura que aplican muchos de sus aliados frente al programa nuclear iraní, rechazando las sanciones decididas en el Consejo de Seguridad de la ONU y negociando en mayo con Brasil un intercambio de combustible nuclear con Teherán.

“No queremos distinguir a ningún país en particular” como amenaza nuclear, confirmó Rasmussen, recordando que unos 30 países no aliados tienen o aspiran a dotarse de misiles nucleares capaces de alcanzar a un miembro de la OTAN.

Fuentes diplomáticas francesas confirmaron que Irán no figurará en el documento final que se adoptará durante la cumbre de los 28 miembros de la organización, si bien no especificaron el motivo de esa omisión.

Identificar a los iraníes como una amenaza nuclear está “mal y no sucederá”, prometió recientemente el presidente turco, Abdulá Gul.

Los aliados continuaban discutiendo el jueves en cambio sobre la posibilidad de elaborar una lista de países susceptibles de representar un peligro en un informe anexo, pero confidencial, indicaron fuentes diplomáticas.

El proyecto que prevé aprobar el viernes la Alianza Atlántica en Lisboa reside en conectar los sistemas antimisiles europeos y estadounidenses en el Viejo continente y ampliar su cobertura, actualmente limitada a las zonas militares. El costo sería inferior a los 200 millones de euros en los próximos diez años.