Vecinos de la localidad de San Ramón formularon un llamado al gobierno a cumplir sus promesas y acelerar los proyectos de cierre perimetral y panderetas en las viviendas, denunciando que las amenazas del ministerio del ramo de quitar las casas sociales arrendadas ha provocado otro crimen social en la comuna de Freire.

Profunda molestia provocó en los habitantes de San Ramón los anuncios del gobernador de Cautín, Miguel Mellado, de que el gobierno tenia que gastar $14 mil millones de aquí a fin de año, para no perder los dineros en le marco del presupuesto regional.

Los dirigentes de San Ramón agradecieron los esfuerzos de actual gobierno por ayudarlos, con un proyecto de $105 millones para mejorar la posta y la construcción de garitas peatonales, pero señalan que aún quedan muchas cosas pendientes, que según ellos, son de suma urgencia, por lo que llamaron al gobierno a destinar una parte ínfima de dichos recursos para solucionar en parte su drama social.

Verónica Manríquez, dirigenta de San Ramón, formuló un llamado al gobierno a preocuparse de sus reales problemas y no dejarlos de lado.

Maritza Godoy, dirigenta de la mesa territorial, señaló que esta bien que el Ministerio de Vivienda fiscalice las EGIS, pero sin olvidarse de los reales problemas, pidiendo de manera urgente cierre perimetral para la población y panderetas para las casas, como era el proyecto original.

La dirigenta además calificó de irresponsables los anuncios del gobierno de que le quitaran las casas a quienes las arriendan, ya que muchos vecinos han sido echados por sus propietarios, provocando otro foco de conflicto, asegurando que deben tener criterio, ya que muchas veces lo hacen por temas laborales o personales.

Al respecto, el gobernador de Cautín, Miguel Mellado, respondió los emplazamientos, señalando que los estudios de los proyectos ya los está efectuando la Municipalidad de Freire, para presentarlos al Core la segunda semana de noviembre.

Ahora habrá que esperar para comprobar si las promesas para los habitantes de San Ramón son reales, o son una más de las múltiples palabras que luego se las lleva el viento.