El presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Alejandro Goic, llamó este lunes a permitir “recuperarse dignamente” a los 33 mineros que fueron recatados a mediados de mes desde el yacimiento San José.

Durante su homilía en la Liturgia Ecuménica de Acción de Gracias por la vida de los 33 mineros que se realizó durante la tarde en el Santuario Nacional de Maipú, el líder de la iglesia católica chilena agradeció por la vidad de estos “hermanos nuestros que han sobrevivido a una tragedia gracias a su fe, a su esperanza, a su coraje y su comunión solidaria”.

Según monseñor Goic, “hoy la vida de estos trabajadores nos parece muy distinta. Hoy están expuestos a otros peligros, probablemente también graves”, aseguró.

En esa línea, invitó “a todas las personas e instituciones, de un modo especial a los líderes de opinión y a los medios de comunicación, a respetar a estos hermanos, a permitirles recuperarse dignamente, en el contexto de sus familias y seres queridos.

Añadió que “ya han vivido una tiniebla horrorosa. No les violentemos con una luz encandilante que les pueda apartar de una vida sin ostentación y alegre. Con gran afecto decimos que los mineros de Atacama son simbólicamente ‘nuestros mineros’, pero no podemos arrogarnos la propiedad de sus vidas ni de este testimonio contundente de valor y de fe que nos han dado”, argumentó.

Por otra parte, la autoridad eclesiástica planteó que “así como el sello Bicentenario fue matizando su identidad después del terremoto y maremoto, también el derrumbe del 5 de agosto y luego la situación de los comuneros mapuche volvieron a remecer nuestras conciencias en la antesala de los festejos patrios”, expresó.

Esto último aludiendo la huelga de hambre desarrollada en distintos penales por la aplicación de la ley antiterrorista en diversas causas contra integrantes del movimiento de demandas territoriales de los pueblos originarios.

“Nos preparábamos al Bicentenario soñando un Chile más justo, más fraterno y solidario, más cercano al querer de Dios; y estos acontecimientos imprevistos nos llevaron inexorablemente a mirar con mayor profundidad nuestros anhelos más sentidos”, manifestó el clérigo.

Goic aseguró que “las condiciones de seguridad en las faenas mineras son apenas uno de tantos ejemplos de situaciones graves que nuestra sociedad debe abordar de modo urgente”, como lo son a su juicio, “la miseria y la extrema pobreza, la vivienda precaria e indigna, las ofensivas desigualdades en el ingreso de las personas, en las oportunidades de educación, y en el acceso a la salud”.