No moriremos calcinados por una llamarada, ni se acabará todo rastro de vida existente, pero sí podrían destruirse todos nuestros sistemas satelitales y de comunicación, si no se toman las medidas adecuadas ante la tormenta solar que los expertos estiman que podría afectar a la Tierra en 2012.
Recordemos que un informe publicado por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) y financiado por la NASA hace 2 años, advierte que grandes restos de plasma provenientes del Sol podrían llegar a nuestro planeta en 2012, cuando el astro alcance su clímax de actividad. Esto, provocaría severos daños en nuestras redes comunicacionales que costarían millones y millones de dólares.
Sin embargo, este negro panorama podría ser contenido, ya que un grupo de investigadores del Centro de Computación Visual de la Universidad de Bardford en el Reino Unido, creen que es posible prevenir esta catástrofe satelital. Para ello, crearon un sistema que podría predecir cada movimiento del Sol.
Este nuevo método, denominado ASAP (Del inglés ‘As soon as posible’, traducido al español: ‘Tan pronto como sea posible’) sería de predicción automatizada -no manual como sus antecesores- y usaría imágenes 3D generadas por la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO).
El sistema de Predicción Automatizada de Actividad Solar y que ya ha sido empleado por la NASA y la ESA, reconoce y clasifica las manchas solares, siendo capaz de predecir una llamarada solar con seis horas de anticipación, según informó ABC.
“La predicción meteorológica solar está todavía en su infancia, probablemente alrededor del punto en el que la previsión del tiempo meteorológico se encontraba hace 50 años. Sin embargo, nuestro sistema es un gran paso adelante. Mediante la creación de un sistema automatizado que puede trabajar en tiempo real, abrimos la posibilidad de una predicción mucho más rápida”, afirmó Rami Qahwaji, director de la investigación y profesor adjunto en el Centro de Computación Visual.
Cabe destacar que las tormentas solares liberan grandes cantidades de gas caliente y fuerzas magnéticas hacia el espacio, a una velocidad aproximada de 1.600.000 kilómetros por hora.
En tanto, algunas erupciones solares, las más grandes, tardan varios días en llegar a nuestro planeta, mientras otras demoran horas, como la registrada en 1859, la cual causó el colapso de redes mundiales de telégrafos.