Cinco soldados estadounidenses resultaron muertos el martes en Afganistán, con lo que suman 22 en cinco días, prueba de que se intensifica la insurrección de los talibanes, como reconoce el propio jefe de las fuerzas internacionales presentes en el país.

El general estadounidense David Petraeus, que dirige las tropas de Estados Unidos y de la OTAN en Afganistán, explica que los insurgentes están replicando violentamente al creciente esfuerzo realizado por la coalición para ganar esta guerra, cada vez más impopular sin embargo en Estados Unidos.

El martes cinco soldados estadounidenses murieron en Afganistán, cuatro de ellos cuando estalló una mina casera, arma de predilección de los talibanes, y el quinto en el sur del país en un ataque de los insurgentes islamistas.

Con ello, en los últimos cinco días han muerto 23 soldados de la fuerza internacional de la OTAN (ISAF), de ellos 22 estadounidenses.

Más de las dos terceras partes de los 141.000 soldados extranjeros presentes en Afganistán proceden de Estados Unidos. Los refuerzos enviados esencialmente por Washington en las últimas semanas elevarán esos efectivos a unos 150.000 en los próximos meses.

Desde hace tres años, la insurrección de los talibanes se ha intensificado y extendido a la casi totalidad del país, mientras los rebeldes infligen cada vez más bajas a las tropas extranjeras.

“Creo que nadie puede cuestionar el hecho de que los talibanes extienden su presencia”, admitió el general Petraeus en una entrevista con periodistas extranjeros, el martes en Kabul.

“Han aumentado sus ataques, y ello se produce porque nosotros también hemos incrementado nuestros recursos de forma evidente, y porque eliminamos los santuarios que establecieron estos últimos años”, dijo el general.

“Y cuando los santuarios del enemigo están amenazados, (el enemigo) replica. He dicho varias veces que este año las cosas serían más difíciles” para las fuerzas internacionales, añadió.

“Las fuerzas estadounidenses y de la ISAF trabajan duro para tener los medios apropiados en Afganistán”, y “estamos en la fase final de este esfuerzo” en términos de efectivos, concluyó el general Petraeus.

De momento, las bajas de las fuerzas internacionales llegan a niveles alarmantes.

Los fallecimientos de este martes elevan a 485 el número de militares extranjeros muertos en Afganistán desde comienzos de 2010.

Y el año 2009 ya había sido de lejos el más letal para las tropas internacionales en casi nueve años de conflicto, con 521 muertos en un año, según un conteo de la AFP sobre la base de los datos del portal internet independiente www.icasualties.org.

En total, 320 de los soldados extranjeros muertos este año eran estadounidenses, así como 1.267 de los 2.053 que han caído desde comienzos de la guerra a fines de 2001, cuando una coalición internacional dirigida por Estados Unidos expulsó a los talibanes del poder en Afganistán.

Esta hecatombe se produce en un momento en el que, bajo la presión de una opinión pública cada vez más opuesta al envío de efectivos a Afganistán, el presidente Barack Obama mantiene una cierta ambigüedad sobre el inicio de retirada que había anunciado para julio de 2011.

Durante estas últimas semanas, altos responsables del área de defensa exhortaron de forma apenas velada a Obama a postergar esta fecha, y el general Petraeus declaró recientemente que no la consideraba “obligatoria”.