La franco-colombiana Ingrid Betancourt, rehén durante más de seis años de la guerrilla colombiana de las FARC, aseguró que la indemnización millonaria que solicitó al gobierno de Colombia y a la que renunció tras la polémica provocada era para su Fundación.

Ingrid Betancourt | elpais.com

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“Este dinero no era para mí, sino para mi Fundación. Mi objetivo es ayudar a los otros rehenes, a quienes todavía están en la selva en manos de las FARC, esta organización terrorista”, afirmó Betancourt en una entrevista exclusiva publicada el jueves por el diario francés Le Parisien.

Ese matutino revela que la ex rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxista) acaba de terminar su libro “Même le silence a une fin” (Inclusive el silencio tiene un final) que la editorial Gallimard presentará el 21 de septiembre próximo.

Medios de comunicación colombianos revelaron a principios de julio que Betancourt, secuestrada en febrero de 2002 por las FARC cuando era candidata a la presidencia de Colombia y liberada en julio de 2008 durante una operación militar incruenta junto a otros 14 rehenes, había solicitado una indemnización de 15 millones de pesos colombianos (unos ocho millones de dólares) por los daños económicos y morales que sufrió en ese tiempo.

“Habría usado ese dinero para programas concretos, proyectos para los secuestrados”, aseguró antes de lamentarse porque “hicieron una completa caricatura de mi pedido”. “Hubo una deformación completa de la verdad”, insistió.

A mediados de julio, Betancourt anunció que renunciaba a una indemnización que según el Journal du Dimanche (JDD) había pedido a Francia meses atrás. Según el JDD, Betancourt reclamaba más de los 450.000 euros propuestos por el Fondo de Garantía de Víctimas por considerar que era una suma insuficiente.

La ex rehén aseguró que “está descartado” que vuelva a la política y reiteró en Le Parisien que “los políticos precedentes (ndlr: en Colombia) tienen una parte de responsabilidad en lo que me ocurrió”.

La “prioridad son mis hijos (Lorenzo y Melanie), y mi familia” pero, pese a las frecuentes “idas y vueltas entre Francia y Estados Unidos” para verlos, Betancourt afirma haber dedicado “18 meses” para escribir el libro, que “no es una respuesta ni un ajuste de cuentas”.

“Fue muy doloroso recordar algunos episodios de mi cautiverio”, afirmó la ex rehén antes de confesar que “algunas veces, me retiré del mundo completamente para escribir”.

Interrogada sobre las críticas de ex compañeros de cautividad – como su ex compañera de fórmula presidencial, Clara Rojas- o de su ex marido colombiano, Juan Carlos Lecompte, Betancourt dice que fue una “decisión deliberada de mi parte” no responderles porque “los responsables de todo lo que ha pasado en la selva, son los guerrilleros de las FARC”.