El gobierno y el movimiento sindical de Panamá iniciaron este viernes negociaciones tendentes a normalizar la situación en el occidente del país, bajo toque de queda, tras los choques entre obreros y la policía que dejaron el jueves un muerto y un centenar de heridos.

Imagen: orange.es

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Las protestas se extendieron el viernes a la capital, donde grupos de estudiantes universitarios y de organizaciones obreras salieron a la calle en solidaridad con los obreros bananeros de la ciudad de Changuinola.

Según el Ministerio de Seguridad, la situación seguía tensa en Changuinola, donde varios manifestantes incendiaron una estación de policía y un agente fue herido en una pierna, producto del “impacto de bala disparado por un manifestante armado con un rifle”.

El gobierno asegura también que los manifestantes “han incendiado varios locales comerciales y vehículos que utilizan como barricadas en las calles”, por lo que se ha decretado un nuevo toque de queda.

Los disturbios estallaron el jueves en esta ciudad de la provincia de Bocas del Toro, donde un trabajador murió, más de cien resultaron heridos y otros 115 fueron detenidos por las autoridades.

Los trabajadores protestan contra un conjunto de leyes laborales, incluida una norma que quita la obligación a las empresas de pagar la cuota sindical y permite a los empresarios sustituir a los trabajadores en caso de huelga.

Pese al clima de protestas, representantes del gobierno y de los sindicatos iniciaron un diálogo en busca de poner término a los disturbios.

“No creemos que haya una solución inmediata”, dijo a la AFP Genario López, dirigente del Sindicato Unico de Trabajadores de la Construcción y Similares, y reiteró que los trabajadores “seguirán pidiendo la derogación de la ley” que ha causado las protestas.

La portavoz del gobierno, Judy Meana, dijo a la AFP que se está llamando a los trabajadores “a que no tomen estas actitudes y acciones de violencia porque el gobierno siempre ha estado dispuesto al diálogo”.

“No es a través de las piedras ni dañando la propiedad pública que se logra llamar la atención, sino a través de los argumentos”, añadió.

La Iglesia Católica y organizaciones empresariales hicieron un llamado al gobierno y a los sindicatos a actuar con cautela y mantener la calma, mientras que la Universidad de Panamá se ofreció a mediar en el conflicto.

El gobierno derechista acusó a la oposición socialdemócrata de estar detrás de las protestas, pero afirmó que la empresa Bocas Fruit Company, cuyos trabajadores iniciaron el movimiento, “incumplió la ley al retener salarios de los trabajadores y al no descontar la cuota obrero-sindical”.

Por otra parte, tres policías retenidos por trabajadores en la zona de conflicto revelaron este viernes que temían por sus vidas y pidieron a las autoridades que los intercambien por manifestantes detenidos.

“La vida de nosotros corre peligro porque la gente aquí está muy sentida” por el manifestante que murió en la localidad de Changuinola, dijo a RPC Radio el cabo primero del Servicio Nacional de Fronteras, Abilio Cerracín, quien se encuentra retenido junto a otros dos miembros de la Policía.

Cerracín pidió al ministro de Seguridad, José Raúl Mulino, que “suelten allá a los que están en Changuinola por nosotros, porque si no la vida de nosotros corre peligro”.