En zonas costeras como Penco, Lirquén, Cocholgue y Tomé, afectados por el terremoto y tsunami necesitan que las autoridades les hagan saber que por no tener daños tan severos, no pasaron a segundo plano en prioridades como dicen sentirse actualmente.

Las calles de Penco intentan mostrar su mejor cara pese a la preocupación por el futuro que sus habitantes tienen y las aprensiones por los daños que el sismo dejó, como indica Alejandro poblador del sector “Gente de mar”.

Para Yasmin, la idea es reconstruir luego la ciudad, por desarrollo y por sanidad mental.

Lirquén tampoco es ajena a la tragedia, las casas muestran los daños y los escombros que dejó tanto el movimiento, como la ola que posteriormente llegó, aunque para Inés la ayuda debe traducirse en que lugares como el barrio chino, revivan.

Pero entre tanta esperanza hay tambien frustraciones como en Cocholgue donde dicen que las autoridades al percatarse que no hubo tanto daño material en casas, los dejaron en un segundo plano dice Blanca, dirigenta y habitante de la caleta grande.

Por ello es que el llamado es claro a las autoridades en voz de otra de las habitantes de Caleta Grande, Sandra

Tomé tampoco escapa al sentimiento de postergación, los vecinos del sector alto dicen que nadie les asegura aún que sus bloques no tengan daños, y mientras esperan que algún profesional los revise, se quejan de la lentitud en la ayuda.

Todos coinciden en que tras la ayuda de urgencia, viene el tiempo de los apoyos específicos como pañales para adultos, leche para los niños y materiales, pero por sobre todo la ayuda invaluable que es saber que son tomados en cuenta por sus autoridades y poder recuperar un poco de la tranquilidad que se perdió la madrugada del sábado 27 de febrero.