Tres personas vinculadas al consulado estadounidense en Ciudad Juárez fueron asesinadas por miembros de un cártel del narcotráfico mexicano, lo que desató la reacción de la Casa Blanca y la decisión de Washington de autorizar la partida de las familias de funcionarios consulares de las zonas fronterizas.
Miembros de cárteles del narcotráfico mexicanos fueron los asesinos de una empleada consular estadounidense de Ciudad Juárez, el marido y el marido de otra funcionaria consular, en dos ataques separados, informó un funcionario estadounidense este domingo.
Las víctimas fueron asesinadas mientras manejaban en distintos lugares de Ciudad de Juárez y luego de haber participado juntos de un evento más temprano, dijo el funcionario que pidió el anonimato.
“Presuntos miembros de cárteles de droga dispararon contra empleados del Consulado General de Ciudad de Juárez que se encontraban en sus autos privados”, agregó.
“Los ataques provocaron tres muertes, dos ciudadanos estadounidenses y un mexicano”.
La funcionaria estadounidense que trabajaba en el servicio del consulado para ciudadanos estadounidenses estaba con su esposo y su hija pequeña cuando fueron atacados, contó.
La hija sobrevivió al ataque sin lesiones, pero la mujer y su marido murieron. En el segundo ataque, los asesinos abrieron fuego contra el auto del marido de una empleada mexicana del consulado estadounidense.
La víctima se encontraba en un auto con los dos hijos de la pareja cuando fue atacado. El hombre murió y los niños sufrieron lesiones.
La esposa y madre de los niños, se encontraba manejando otro auto cuando sucedió el ataque.
“Las dos familias habían participado de la misma reunión más temprano en la tarde”, del sábado, dijo el funcionario, y agregó que “aún hay que determinar si eran un blanco directo”.
El presidente Barack Obama “está profundamente entristecido y ultrajado por la noticia del brutal asesinato de tres personas”, señaló en un comunicado el portavoz del consejo de seguridad nacional, Mike Hammer.
Tras estos hechos, el Departamento de Estado estadounidense anunció el domingo la autorización a los diplomáticos del país que trabajan en consulados a lo largo de la zona fronteriza mexicana a enviar de regreso a su país a sus familiares debido a preocupaciones por su seguridad.
El Departamento autoriza “la salida de quienes dependen de los funcionarios del gobierno estadounidense de los consulados de Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey y Matamoros hasta el 12 de abril”, indicó un comunicado del Departamento de Estado.
“No se trata de una orden de salida, cada uno es libre de decidir él mismo si quiere irse o no”, dijo a la AFP Fred Lash, un portavoz del Departamento de Estado.
Por otro lado, debido a los “recientes ataques violentos” Washington aconsejó a los ciudadanos estadounidenses a retrasar los viajes innecesarios a Durango, Coahuila y los estados de Chihuahua”.
“Millones de estadounidenses viajan cada año a México sin tener problemas. Pero la violencia ha aumentado en este país”, informa el mismo comunicado.
“Los cárteles de droga y criminales asociados han tomado violentas represalias contra las personas que hablan en contra de ellos o quienes son consideradas como una amenaza para estas organizaciones”.
Por su parte, un comunicado de la Cancillería mexicana lamentó “profundamente los asesinatos”.
La cancillería subrayó que se “trabajará con determinación para esclarecer las condiciones en que tuvieron lugar los hechos y llevar ante la justicia a los responsables” y que mantendrá una estrecha coordinación con autoridades diplomáticas estadounidenses.
La ciudad fronteriza Ciudad de Juárez, con 1,3 millones de habitantes, es el principal terreno de batalla en la guerra de los cárteles mexicanos por el control del tráfico hacia Estados Unidos. Más de 2.600 personas fueron asesinadas el año pasado en crímenes vinculados al narcotráfico.