Vecinos de poblaciones periféricas de Chiguayante dijeron sentirse en el más absoluto abandono, por la escasa ayuda que han recibido por parte del municipio tras el terremoto y ante la desesperación, desde hace días que están consumiendo agua del Río Bío-Bío. Acusan al alcalde, Tomás Solís de preocuparse sólo de los lugares más acomodados de la comuna
Niños enfermos, temor a que sus casas sean saqueadas y enfrentando serios problemas de salubridad, ya que desde que ocurrió el sismo viven en carpas frente a sus departamentos, en medio de contenedores repletos de basura, perros vagos e incluso ratas, los habitantes de las poblaciones Porvenir, Leonera y Villa Futuro han debido hacer frente de cualquier manera ante la precariedad en la que quedaron tras el cataclismo.
Los dardos apuntan directamente al alcalde de la comuna a quien “se le olvidó ayudar a los habitantes de los sectores populares de Chiguayante” según dijeron, quienes siempre le han brindado su apoyo en tiempo de elecciones.
Sin embargo, el alcalde Tomás Solis se defiende y argumenta que en ningún caso se ha priorizado a algunos barrios por sobre otros para la entrega de ayudas, indicando además que en casos como el que vive la región nadie “por más o menos plata que tenga puede ser discriminado”.
El edil agregó que según catastros del municipio, cerca del 60% de los habitantes de la comuna están atendidos en sus necesidades más urgentes, además que se han entregado más de 12 mil raciones proporcionadas por la Junaeb, ayudas que a los sectores más vulnerables de la comuna aún no han llegado.