Los líderes de la Unión Europea (UE) estudian este jueves en una cumbre en Bruselas cómo ayudar a Grecia a corregir su monumental déficit público y desactivar las alarmas que los mercados hicieron sonar sobre el riesgo de contagio en la Eurozona.
“Hay que apoyar a Grecia”, y Europa y en particular los países de la Eurozona “lo van a hacer”, prometió el miércoles por la noche en Bruselas el presidente de turno de la UE y jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Aunque Zapatero no especificó a qué tipo de ayuda se refería, se espera que los jefes de Estado y de gobierno de los 27 aporten un apoyo político, dejando para los próximos días la concreción de las medidas que acompañarían a Grecia a salir de una crisis presupuestaria nunca vista en 30 años y que amenaza al conjunto de la zona euro.
Según varios diplomáticos europeos, “un número determinado de países” presentarán una declaración al final de la cumbre confirmando su apoyo a Atenas.
Grecia cerró 2009 con un endeudamiento equivalente al 12,7% de su Producto Interior Bruto (PIB), muy por encima del tope de 3% admitido por el Pacto de Estabilidad de la UE.
De concretarse un plan de rescate, se trataría del primero que la Eurozona, integrada actualmente por 16 países, elabora para acudir en ayuda de uno de los socios desde su creación hace once años.
Aunque el peso económico de Grecia en la zona euro es relativo, los mercados ven con preocupación la situación de otros países como España y Portugal, cuyos déficits también estallaron con los masivos planes de rescate para frenar la crisis económica, y temen un fenómeno de contagio.
Los temores, pero también los ataques especulativos, ya afectaron en los últimos días al euro, que el jueves seguía por debajo del umbral de 1,38 dólares.
A la espera de la decisión de los dirigentes europeos, las principales bolsas del continente empezaron la sesión con alzas, incluida la de Madrid, pese a que España recibió la confirmación de que su economía siguió en recesión en el cuarto trimestre de 2009.
La cumbre, de carácter informal, se abrirá hacia las 11H00 GMT, con dos horas de retraso debido al mal tiempo, en la biblioteca Solvay, un edificio ajeno a las instituciones europeas en Bruselas, al que la prensa escrita no tendrá acceso.
Este formato constituye una novedad y responde a una iniciativa del nuevo presidente estable del bloque, Herman Van Rompuy, partidario de que los líderes se reúnan en un ambiente privado y distendido con el fin de mejorar la eficacia de este tipo de reuniones.
El retraso brindó la oportunidad a los líderes para reunirse en pequeño comité por la mañana, señal del claro interés de los europeos en hallar una solución para Grecia.
Uno de esos encuentros reunió a Van Rompuy con la jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, y con los presidentes de Francia, Nicolas Sarkozy, y de Grecia, Giorgos Papandreou, dejando suponer que los rumores sobre un plan franco-alemán podrían ser ciertos.
Francia y Alemania trabajan en una serie de propuestas de apoyo a Grecia de forma que la UE pueda aportar un mensaje de apoyo político a Atenas y frenar a los especuladores, según una fuente diplomática francesa.
“Se ha dicho esta semana que Alemania estaba dispuesta a apoyar a Grecia y cada vez hay más expectativas de cara a la reunión informal del jueves”, afirmó John Higgins, analista de Capital Economics.
La ayuda podría llegar en forma de una “línea de crédito disponible que podría ser utilizada en caso de necesidad” por los países en dificultad o a través de préstamos bilaterales de los Estados de la Eurozona a Grecia, según fuentes diplomáticas europeas.
Esta última idea sería defendida por París y Berlín, según otras fuentes diplomáticas, mientras que los dirigentes socialistas europeos la hayan rechazado el miércoles, reclamando un apoyo solidario en bloque.