Un nuevo episodio de “bautizo” salió a la luz, esta vez, en Gendarmería. Los aspirantes a vigilantes fueron encerrados en un carro celular y bombardeados con bombas lacrimógenas.
El hecho ocurrió el 2008 en la Escuela de Formación Penitenciaria de San Bernardo. Los jóvenes de entre 19 y 20 años no llevaban más de 2 semanas de instrucción cuando fueron sometidos a dicha práctica que terminó con varios lesionados.
El “rito de iniciación” fue descrito por los oficiales como “un ejercicio de simulación de traslado”, y que, según les dijeron, era para “formar carácter”.
En el momento, la rama provincial Maipo de la Asociación de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), pusieron el incidente en conocimiento. Sin embargo, el director general del organismo, en ese entonces Alejandro Jiménez, nunca reportó el caso por los canales formales.
El diputado PPD y miembro de la Comisión de Derechos Humanos, Enrique Accorsi, señaló que se deberán tomar medidas que resguarden la seguridad de las personas dentro de estas instituciones.
El proceso de investigación, que aún sigue en curso, ha sido revisado por 3 fiscales administrativos. Los antecedentes fueron enviados al Ministerio Público y levantó cargos contra 5 oficiales, imputándoles una actuación indebida.
Este caso se suma a los “bautizos” que se han hecho conocidos durante las últimas semanas, tras lo ocurrido con el scout Juan Bagnara, quien sufrió una golpiza en un campamento en las cordillera de Chillán y que permanece internado; y el caso del cabo segundo Blas Herrera, quien terminó con heridas en la piel al ser rociado por un “guanaco” más tóxico de lo habitual, en un curso de Fuerzas Especiales.