El niño brasileño de 2 años al que le introdujeron una treintena de agujas en el cuerpo en rituales de magia negra fue sometido con éxito a una tercera operación para extraer elementos cercanos a su columna, y su vida ya no corre peligro, informaron los médicos el martes.

Tras el éxito de las tres complicadas cirujías a las que fue sometido, “creemos que la historia de este niño tendrá un final feliz”, afirmó a la prensa el cirujano José Siqueira, quien participó en la intervención la noche del lunes en el Hospital Ana Neri, de Salvador de Bahia (noreste de Brasil).

Al pequeño le han sido retiradas 22 de las 32 agujas que le clavaron en el tórax, abdomen, cuello y piernas, en aparentes rituales de magia negra realizados por su padrastro.

En esta última cirugía, considerada de riesgo y la tercera en 10 días, los médicos extrajeron tres agujas alojadas en el pescuezo y una en el canal medular, informaron voceros del hospital.

El menor fue sometido a una primera operación el 18 de diciembre, en la que le fueron retiradas cuatro agujas junto al pulmón y el corazón.

En una segunda intervención, el 23 de diciembre, se extrajeron 14 agujas que estaban clavadas en el intestino, la vejiga y el hígado.

Los médicos estudian ahora si van a extraer el resto de las agujas, que en principio no conllevan peligro directo para el pequeño.

El padrastro, Roberto Carlos Magalhaes, su amante, y otra mujer fueron detenidos, acusados de haber introducido las agujas.

Magalhaes declaró a la policía que se estaba vengando de su esposa, ya que discutían mucho. En una entrevista de televisión dijo fríamente que esperaba que “las agujas andarían por su cuerpo hasta matarlo”.

También explicó cómo eran esos aparentes rituales de magia negra: “le ponía vino en agua bendita y se la hacía beber. El (niño) bebía y se desmayaba. Entonces, le clavaba las agujas. A veces le clavé hasta diez agujas”.