Los peruanos darán bastonazos y quemarán muñecos de un militar de la fuerza aérea acusado de espiar para Chile, en señal de despedida del 2009, como parte de una tradición que se repite en el último día de diciembre para celebrar la llegada del Año Nuevo.
El muñeco del suboficial Víctor Ariza, quien confesó en noviembre espiar a favor de Chile en complicidad con 2 agentes de ese país, es el más solicitado en el Mercado Central, uno de los más populares de Lima, ubicado en el centro de la capital peruana.
La piñata, que tiene un costo de entre 15 y 30 soles (5 y 10 dólares), suele colocarse en calles de barrios populares, tanto de Lima como de las provincias, minutos antes del advenimiento del nuevo año.
El público tiene así la ocasión de dar rienda suelta a su cólera contra los personajes más ingratos del año, a quienes simbólicamente se les da una paliza y luego se los quema en medio de bailes.
El muñeco de Ariza, que lleva la inscripción “espía chileno”, se ha convertido en el preferido, según relataron vendedores de ese mercado que dijeron que ha superado la venta de otros que representan a políticos locales que generalmente son objeto de la furia de los peruanos al final del año.