La Corte Constitucional turca pronunció el viernes la disolución del principal partido prokurdo del país, una decisión que provocó manifestaciones de rechazo entre la comunidad kurda, en el sureste del país y en Estambul, y levantó la “preocupación” de la Unión Europea (UE).

“La UE está preocupada por una decisión” tomada por un país que negocia su adhesión, anunció la presidencia sueca de turno de la UE en un comunicado, al subrayar que “la disolución de un partido político es una medida excepcional que debe ser decidida con precaución”.

La decisión tomada por la Corte Constitucional turca podría complicar la tarea del gobierno, que acaba de tenderle la mano a la comunidad kurda para tratar de poner fin a 25 años de conflicto.

El Partido por una Sociedad Democrática (DTP) fue disuelto porque se había convertido en “un “foco de actividades perjudiciales a la independencia del Estado y a su unidad indivisible”, declaró durante una conferencia de prensa el presidente de la Corte, Hasim Kiliç, tras cuatro días de deliberaciones.

Los 11 jueces tomaron la decisión por unanimidad, cuando bastaba con una mayoría de 7 votos para pronunciar la disolución, indicó Kiliç, antes de añadir que 37 dirigentes del partido, incluidos su presidente Ahmet Türk y el diputado Aysel Tugluk, no podrían participar en la vida política durante cinco años.

El juez también anunció la suspensión de la inmunidad parlamentaria de la que se beneficiaban Türk y Tugluk y la incautación por parte del Tesoro de los bienes del partido.

El DTP dispone de 21 escaño en el Parlamento (de los 550 totales). Sus dirigentes advirtieron antes del veredicto de que los diputados abandonarían el Parlamento antes que ocupar sus escaños sin etiquetas.

La decisión es el desenlace de un procedimiento lanzado en 2007 por el fiscal del Tribunal Supremo Abdurahman Yalcinkaya, quien acusa al DTP de obedecer a las “directrices” del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado una organización terrorista por Ankara y varios países.

Varios observadores estiman que el DTP es la vitrina política legal de los rebeldes del PKK. El partido asegura sin embargo que no hay “vínculos orgánicos” con el PKK pero se niegan a calificarlo de organización terrorista y llama al gobierno a negociar con él.

El gobierno turco acaba de tender la mano a la comunidad kurda, proponiendo una serie de medidas que refuerzan sus derechos, para tratar de minar el apoyo de los kurdos al PKK y poner fin al conflicto.

Los dirigentes del DTP habían afirmado que una disolución podría acarrear un recrudecimiento de las tensiones en esta región del sureste, donde numerosas manifestaciones contra las condiciones de detención del jefe del PKK, Abdulá Ocalan, provocaron enfrentamientos con la policía estas últimas semanas.

En cuanto se anunció la decisión de la justicia, unos 1.000 manifestantes se concentraron frente a los locales del DTP en Diyarbakir, la gran ciudad del sureste poblada por una mayoría de kurdos.

Las fuerzas de seguridad lanzaron granadas lacrimógenas y emplearon cañones de agua, mientras que los manifestantes tiraban cócteles molotov o piedras.

Otro centenar de personas se manifestaron en Estambul.

El presidente del DTP señaló que la decisión de la Justicia iba a “profundizar el desaliento”.

El gobierno, de tendencia islamista moderada, también lamentó la decisión.

“Nos oponemos por principio al cierre de los partidos. Eso no resuelve nada”, declaró el ministro de la Energía, Taner Yildiz.

El PKK revindicó el jueves un ataque que mató a siete soldados hace tres años en el norte de Turquía, uno de los más mortíferos de los últimos meses.