El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, llamó la noche del miércoles a la población a presionar al Congreso a que se reúna para definir sobre su restitución, en medio de la incertidumbre por la interpretación del acuerdo con el que se busca poner fin a la crisis.
“Todos los habitantes, aún los de la Unión Cívica Democrática, y otros líderes de la resistencia que han ofrecido hasta su sangre por la democracia, deben de manifestarse el día de mañana (jueves) para que el Congreso no sea el causante de que no se cumpla este acuerdo”, dijo Zelaya a radio Globo.
Los miembros del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, que reclaman la restitución de Zelaya, ya se manifestaban la noche del miércoles frente al edificio del Congreso para presionar a los diputados a que voten el reintegro del mandatario al sillón presidencial.
“Mel (Manuel Zelaya) aguanta, el pueblo se levanta”, gritaban los manifestantes, que enarbolan banderas rojo y negro, y pancartas y mantas contra Micheletti y el Golpe de Estado del 28 de junio pasado.
Horas antes, la comisión verificadora del acuerdo había empezado a trabajar en la formación de un gobierno de unidad, mientras Estados Unidos reiteraba que Zelaya debe ser restituido en el poder en Honduras, aunque no precisó cuándo, luego de que éste le solicitara aclarar la posición de Washington.
“Ya aclaramos nuestra posición sobre el presidente Zelaya y su restitución: creemos que debería ser reinstaurado” en el poder, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly.
Kelly recordó, no obstante, que “es un proceso (interno) hondureño” el resolver ese punto, aunque advirtió que “estamos comprometidos con el acuerdo, con su implementación”.
Zelaya se mostró satisfecho con la respuesta de Washington y agradeció “a la secretaria Hillary Clinton y a todo el Departamento de Estado, al presidente (Barack) Obama porque la declaración era necesaria”, según dijo a radio Globo en Tegucigalpa.
Las diferentes lecturas que han hecho las partes en litigio del acuerdo firmado por las comisiones de Zelaya y del gobierno de facto de Micheletti ha vuelto a enfrentar a los dos protagonistas de la crisis.
El acuerdo deja al Congreso la potestad de restituir a Zelaya, pero no precisa cuándo ni qué pasaría en caso de que la mayoría de los 128 diputados votaran en contra de su regreso al poder, del que le sacaron los militares el 28 de junio con la aprobación casi unánime del legislativo.
Antes de someter a votación el regreso de Zelaya, el Congreso esperará el parecer de la Corte Suprema de Justicia y de otras tres instituciones, para lo que tampoco hay plazos. Zelaya dijo que pretende regresar al sillón presidencial “mucho antes” del 29 de noviembre, fecha fijada para los comicios.
Mientras tanto, la Comisión de Verificación del acuerdo empezó a trabajar en la formación de un gobierno de unidad nacional que actuaría junto a Zelaya hasta que éste entregue el poder al ganador de las elecciones. Según el acuerdo, dicho gobierno debería quedar constituido este mismo jueves.
El ex presidente chileno Ricardo Lagos, que junto a la secretaria de Trabajo estadounidense Hilda Solís y dos hondureños integra la comisión, reconoció que el proceso debe ir “paso a paso”.
Según Solís, Micheletti le dijo que “estaba dispuesto a hacerse a un lado”, aunque no aclaró si ello suponía el regreso de Zelaya al poder, que es el quid de la crisis política hondureña.
Solís y Lagos abandonaron Honduras este miércoles y dejaron como representantes de la OEA en la comisión a José Octavio Bordón y Enrique Correa.
“Ya hay nombres” para la configuración del nuevo gobierno de unidad, dijo por su lado Arturo Corrales, representante de Micheletti en la comisión, en la que también se sienta Jorge Arturo Reina a nombre de Zelaya.
“Son personas de nuestro país muy connotadas, que no han participado en situaciones políticas recientes, y que tienen un amplio curriculum y voluntad por su país”, precisó.